Con motivo de pasar una grata y buena celebración en Semana Santa, la Seremi de Salud de Magallanes empezó con una ronda de fiscalizaciones a los diferentes locales de venta de mariscos en la región.

Dicha actividad contó con la visita de las pescaderías Ángel y la Picá de Avenida Frei, donde el equipo en terreno revisó las certificaciones del laboratorio de la institución para confirmar que los productos en venta están libres de toxinas de marea roja.

“Como Gobierno lo que buscamos es poder resguardar la salud de toda la población. Es por eso que nos encontramos en conjunto con la Seremi de Salud haciendo un proceso de fiscalizaciones”, comentó Andro  Mimica, seremi de Gobierno.

Por su parte, la seremi de Salud, Francisca Sanfuentes, aprovechó este espacio “para hacer un llamado a toda la comunidad al autocuidado, tanto en la adquisición como en la manipulación y en la preparación de los alimentos en la casa. Mantener los productos refrigerados, ocupar instrumentos y espacios que estén limpios y realizar un lavado de manos frecuente para evitar las intoxicaciones alimentarias”.

Hasta el momento no se han cursado sumarios sanitarios, pero aun así se llamó a la comunidad a estar atenta al momento de comprar, pues el año pasado sí se realizó el retiro de productos por no contar con los certificados pertinentes.

Trabajo para la semana
Dichas labores de fiscalización se realizan durante todo el año, pero cuentan con un trabajo intensivo durante esta semana especial donde aumenta el consumo de mariscos.

“No basta solo con extraer de lugares abiertos, pues recordemos que la Marea Roja es un fenómeno biológico que puede aumentar los niveles en cualquier minuto. Por lo tanto, la única forma de consumo seguro es con el análisis”, indicó Paulina Solar, encargada del departamento de Marea Roja.

Para esto, los laboratorios de la Seremi contará con un horario extraordinario desde el 25 al 28 de marzo hasta las 19 horas. Por otra parte, el viernes 29 estará abierto un turno para llamados. El examen es gratuito tanto para la comunidad como los pescadores.

Actualmente se encuentra cerrado el sector de Última Esperanza, lugar que hasta la fecha sigue con la presencia de dicha toxina, lo cual imposibilita su apertura para la extracción.

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