Ellas representaron ser las “Prisioneras del silencio”, nombre con el que se denominó a la actividad de sensibilización que encabezaron, como Departamento de Terapia Ocupacional, junto a la Gobernación de Magallanes, Sernam, Carabineros y Senadis, con el objeto de llamar a la detección y denuncia temprana de las situaciones de violencia que afectan, hoy en día, a las mujeres con discapacidad ya sea física, sensorial o intelectual en la Región de Magallanes.
“Tengo opinión”, “la gente piensa que soy asexuada”, fueron algunas de las frases que las estudiantes llevaban colgadas mientras recorrían el espacio central de la ciudad, al tiempo que en el piso y sobre algunos escalones que rodean el monumento a Hernando de Magallanes, otros carteles llamaban la atención de los transeúntes pidiendo “no más abusos” e informando, por ejemplo, que cifras mundiales sobre discapacidad indican que el índice de prevalencia de discapacidad femenina es del 19,2% versus un 12% entre los varones.