Aunque nació en Rosario, el embajador de Argentina en Chile, el sociólogo y político José Octavio Bordon, ha desarrollado una intensa actividad nacional e internacional muy lejos de su tierra natal. Gobernador de la Provincia de Mendoza; diputado y senador nacional en representación de su tierra adoptiva; ex candidato presidencial enfrentado a Carlos Saúl Menem, desde una corriente peronista divergente de la que apoyó al riojano y dueño de una carrera académica que lo ha llevado a exponer y dictar conferencias en las aulas de prestigiosas universidades transandinas, estadounidenses y europeas.

Pero su actividad no se ha quedado allí porque ha estado en el mundo diplomático, incluso como embajador de su país en Estados Unidos, a pedido del ex Presidente Néstor Kirchner; funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); parte del estaf de profesionales latinoamericanos que ha estado cerca de José Miguel Insulza, cuando fue secretario general de Organización de Estados Americanos (OEA).

Recordó sus inicios en la política argentina hace ya varias décadas, cuando era uno de los pocos universitarios que, imbuidos de la doctrina social de la Iglesia, contenidas en las encíclicas papales, como “Rerum Novarum”, entra otras, formaron un movimiento parecido a la Democracia Cristina chilena de aquellos años. Recuerda que, siendo muy joven, formó parte de la representación argentina cuando el senador falangista Eduardo Frei Montalva asumió la Presidencia de Chile, en 1964 y, a partir de ese momento trabó amistades profundas con líderes políticos chilenos como Gabriel Valdés, Sergio Bitar, José Antonio Viera – Gallo.

Bordon adscribió al peronismo; lo apoyó; luchó contra los gobiernos militares que, desde que el general Juan Carlos Onganía derrocara al Presidente Arturo Illía entraron y salieron de la Casa Rosada, hasta que, finalmente, con Raúl Alfonsín a la cabeza, los sectores democráticos argentinos recuperaron la democracia. El diplomático ha prometido a su familia, después del término de alguna tarea pública, que ésta sería la última (“casi por última vez”, diría un escrito inglés) y cuando se aprestaba a regresar a los viñedos y bodegas de Mendoza, recibió el llamado del Presidente Mauricio Macri y está en Santiago: el nuevo embajador de Argentina en Chile, el país vecino con el que comparte una de las fronteras más extensas del planeta y con el cual  nunca ha sostenido conflicto armado.

Bordon, casado ya abuelo, respondió, con claridad y afabilidad, las consultas de nuestro diario, en un encuentro facilitado por las gestiones del cónsul transandino en Punta Arenas, Jorge Insausti.

- ¿Cómo ve usted las relaciones entre Chile y Argentina hoy?

“Las veo en un plano muy importante. Yo diría sobre dos niveles y dos aspectos. Primero, la continuidad de una larga historia bicentenaria que ha tenido momentos difíciles, pero que siempre ha habido, desde el Ejército de Los Andes, que no es de uno u otro país; es un Ejército conjunto de argentinos y chilenos para liberarnos y para ayudar a liberar el continente; el Tratado Magallanes, en 1899, para superar riesgo, evitar conflictos y caminar hacia adelante. Después de un momento muy aciago y muy doloroso que, por suerte, no llegó a generar un conflicto, nunca lo hemos tenido entre nosotros, armado; el Tratado de Paz y Amistad y posteriormente, la profundización y mirada hacia el futuro en el contexto de estos dos tratados de Maipú, en el 2009. Y en este momento, digamos, ha habido por parte de ambas democracias, de sus gobiernos y de distintas alternancias, como de partidos como de personas creo que ha habido una voluntad en común”.

- Las relaciones avanzan pero aún falta mucho para una integración real…  

“Hemos avanzado en estos años. Fuerzas Armadas  que, alguna vez, decisiones autoritarias las quisieron poner en conflicto armado y que hoy tienen una brigada conjunta, ‘Cruz del Sur’, saber que nuestros hombres de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestros sistemas científicos – técnicos están caminando, recorriendo juntos la Antártida; elementos como haber construido inversiones conjuntas a uno y otro lado de la cordillera y conexiones energéticas más allá de las dificultades de que una falta de adecuación  entre el énfasis del consumo a nivel nacional y nuestra conexión con los países vecinos que generó una insuficiencia de la materia prima que llevó a una dificultad, sin embargo, fíjese, que apenas llegado el nuevo gobierno, enseguida hemos reactivado la conexión. O sea que, son avances importantes“.

- ¿Pero en algunos temas vamos muy lentos?

 “Debo ser sincero y esto lo compartimos a ambos lados de la cordillera, lo hemos conversado muchísimo con mi amigo de tantos años, José Antonio Viera – Gallo, embajador de Chile (en Argentina), nos parece que, en algunos temas, sobre todo el tema de las interconexiones, no solamente las físicas sino que las de los procedimientos, hemos ido muchos más lento de lo que debiéramos avanzar”.

- Y ¿por qué pasa esto?

“A veces son dificultades presupuestarias, pero, muchas veces es no poder remover procedimientos y funcionamientos que tendrán que ver con circunstancias del siglo XIX o del siglo XX, pero yo no tengo y no tenemos dudas de que no tienen nada que ver con el siglo XXI.  Así que, que nos hemos planteado, y con esto le cierro su pregunta: no tenemos, y esto lo digo en plural porque esto lo sienten ambos Presidentes, ambos embajadores  y el grueso de la gente que tienen los cancilleres  con quienes hemos estado conversando, no tenemos dudas de que ha habido sincera voluntad política de los gobiernos y de los pueblos en integración; que tenemos gente técnica y en los servicios a ambos lados de la Cordillera, con  capacidad y que han puesto su trabajo y su esfuerzo, pero cuando, a pesar de tener esas dos cosas, no se avanza con la celeridad y eficiencia que uno se plantea, tiene que preguntarse, junto con el reconocimiento de lo que se hizo, qué es lo que tenemos que modificar. Y una primera idea es que no alcanza con la voluntad y  las directivas políticas de los gobiernos. No alcanza con el trabajo técnico de los servicios. Se necesita una mayor interrelación y trabajo conjunto entre la decisión política y el accionar técnico; que la decisión política esté lo más cerca posible de la cotidianidad concreta que se vive en los lugares y que los responsables de los servicios sientan que estamos al lado de ellos para ayudarlos, pero también para controlar si avanzamos en los tiempos y con las decisiones planteadas”.

- ¿Se podría implementar una tarjeta vecinal fronteriza?

“Es una buena idea: primero, porque la relación, esfuerzo financiero y resultados para la región y para los dos países, donde puede ser más rápida y más eficiente, es justamente en esta región. Segundo, porque como dijo muy bien, el intendente (Jorge Flies), ya nuestra Patagonia, nuestro sur, ha dejado de ser aquella mirada lejana y casi compasiva que hacíamos desde Buenos Aires, desde Santiago de Chile, diciendo ‘hay que ayudarlos, allá están, en el fin del mundo’. Realmente. Me gustó la frase, de alguna manera aquí estamos construyendo el potencial y el futuro de nuestros países, en el medio de un nuevo mundo que tiene que ver con los mares, que tiene que ver con la Antártica, que tiene que ver con el espacio global de nuestros territorios y de nuestros mares, entonces, es muy importante. Esta región ha dejado de ser simplemente un tema solidario o un tema de reivindicación territorial, valores que siguen existiendo, hoy pasa a ser parte de una estrategia nacional fundamental de ambos países y que yo tengo la seguridad de que aquí tenemos que hacer u mayor esfuerzo y, obviamente, no tiene sentido que con el clima de que tenemos hasta fuerzas armadas en común, coordinación para peligros externos a nuestros dos países en común, que tengamos la cantidad  de procedimientos y de trabas que desde los temas inmigratorios, lo temas aduaneros y los temas sanitarios , hoy demoran y dificultan tanto el tránsito de personas. Esto no significa no darnos cuenta que no todo  se puede resolver de un día para otro y de cualquier manera, pero estamos tardando demasiado”.

- Tenemos muchas demoras en los pasos fronterizos…

“En un par de meses, se pondrá en marcha un sistema computacional que permitirá reducir las demoras una cuarta parte del tiempo actual en los pasos fronterizos. Hay que ser sincero, esto acorta el tiempo del problema, pero no lo elimina. Pero hay que mejorar las cosas bien, especialmente en los temas aduaneros y sanitarios”.

- ¿Se va a hacer algo con otros pasos fronterizos en Magallanes?

“Claramente hay que adecuar los pasos fronterizos de San Sebastián y Teniente Merino. Esta cantidad de pasos, de reiteraciones, no tiene nada que ver con la realidad de hoy, así es que espero que, finalmente, se pueda en el menor tiempo posible remover estos obstáculos que, e incluso, dificultan inversiones”.

- ¿Cómo será la relación del Presidente Mauricio Macri con la Presidenta Michelle Bachelet?

“El Presidente Mauricio Macri envió dos mensajes a la Presidenta Michelle Bachelet. Uno está referido a los  parques binacionales el segundo, a reactivar rápidamente la integración energética hasta hacerla muy profunda. Esto significa tener una visión del Siglo XXI”.

- ¿Habrá un mayor acercamiento?

“Absolutamente. Reconocemos que somos dos países, reconocemos que en un país federal, como el nuestro, cada provincia tiene sus rasgos de autonomía. Pero, si no pensamos como un espacio común, por eso no hay que ser conservador en los métodos, pero sí tener memoria en los espíritus y en los valores. Fíjense que si San Martín y O’Higgins, y los patriotas de entonces hubieran pensado, bueno, el Ejército argentino va por un lado, si el Ejército chileno va por el otro, no hubiéramos podido superar…”.

- Está optimista por la integración…

“Es tan peligroso el optimismo ingenuo de creer que lo que no se resolvió en 25 años lo vamos a resolver en 365 días, pero también me preocupa el pesimismo trágico, de pensar que no podemos seguir avanzando, porque hemos avanzado en muchos temas. Yo diría que prefiero tener un optimismo realista, esto es, saber que superar obstáculos no es sencillo, pero saber que estamos obligados a superarlos, este es el plan de trabajo con el cual vamos a actuar y yo diría que el cambio que reflejó el cruce que hicimos de la Cordillera de Los Andes, en el Paso Los Libertadores, con los dos cancilleres, los dos ministros del Interior, todos los servicios de ambos países, los dos embajadores, acompañados por los gobernadores e intendentes de ambos lados de la cordillera tuvo este sentido: en el territorio, juntos, buscar por qué no avanzamos más rápido y encontrar las soluciones y hacer el seguimiento de que el plan de acción que se decida se vaya cumpliendo en fecha porque, fíjese, uno pierde años en tomar la decisión, pierde años en lo que es fácil de reducirlo, porque en las obras no se puede hacer magia. Lo que sí podemos actuar con mayor celeridad  en los procesos previos a las obras”.

- ¿Se deberán crear mayores confianzas para evitar tantos timbres?

“Primero, hagamos procedimientos donde los timbres sean los mínimos necesarios y muy precisos. Entonces, si alguien después, que el procedimiento es claro, el procedimiento es sencillo, que la confianza está construida, quiere, en nombre de la legalidad del timbre, impedir los objetivos, bueno, ahí será el responsable, pero ahí me gustaría no poner la virtud ni el error de un lado o del otro. Me gustaría poner el esfuerzo en forma conjunta entre aquellos que, con sentido de la realidad cotidiana saber que si el que pone el timbre, a las 2 de la mañana, en un lugar con 80 kilómetros de viento y con temperaturas bajo cero, está con las condiciones necesarias para trabajar bien. Saber cuáles son las dificultades prácticas y legislar y enviar directivas en ese conocimiento preciso”.