Si bien es cierto a nivel nacional, en los resultados 2015, no se
observan cambios significativos respecto del año anterior, en las tres
mediciones de lectura en segundo básico, estas cifras decrecen
negativamente en la Región de Magallanes, cuestión que preocupa a
Educación, que ya está implementando programas remediales que permitan
elevar la comprensión lectora.
En la zona más austral la tendencia
es a la baja respecto de la medición de 2014, con 251 puntos en la
prueba de 2015, cuando el promedio nacional es de 253.
Estas cifras
preocupan en la Agencia de la Calidad, más cuando desde este año no se
aplicará el test de lectura anualmente, luego que se determinara tomar
el Simce cada dos años en ese nivel.
No comprenden
Según se
desprende del Simce 2015 -a nivel nacional- más de 48 mil niños de
segundo básico no comprenden lo que leen y otros 73 mil tienen
dificultades menores para entender el texto leído.
De ahí que el
secretario ejecutivo de la Agencia de la Calidad, Carlos Henríquez,
manifestara su preocupación porque el sistema “no es capaz de movilizar
los aprendizajes entre una evaluación y otra”, cuestión que se evidencia
en las mediciones de los niveles siguientes, porque el 72,4 por ciento
de los niños que tenía un nivel insuficiente de lectura en segundo
básico lo mantuvo en cuarto básico, lo que naturalmente repercute en las
otras asignaturas.
Test voluntario de lectura
La Agencia de la
Calidad anunció a El Mercurio que desde la próxima semana se dispondrá
de una prueba de comprensión lectora para segundo básico, a la que
podrán acceder todos los establecimientos que la soliciten.
“Para
nosotros es un tremendo logro que el 46,3 por ciento de los
establecimientos esté inscrito para dar esa prueba”, informó Henríquez.
De los 3.432 que ya están en la lista para evaluar a sus alumnos, la mitad son municipales y 178 son particulares pagados.
El
secretario ejecutivo adelantó que la prueba fue enviada a todas las
escuelas que han tenido un mal desempeño en los últimos Simce,
incluyendo a las que están ubicadas en sectores rurales.
“Son
colegios que tienen ganas de mejorar, de poder avanzar en los
aprendizajes. Y están viendo que es un instrumento que no los
estigmatiza, que no pretende centrar la conversación en culpables y sí
pretende movilizarlos”, agregó.
La prueba
Respecto de la
operatividad de la prueba, cada escuela o colegio es responsable de
aplicarla. Los puntajes están de manera inmediata, luego que los
profesores suben a una plataforma web las respuestas de los alumnos.
Este año se podrá tomar dos veces, aunque lo ideal es hacerlo tres veces
al año. Entre sus aspectos positivos destaca que entrega resultados por
estudiante, a diferencia del Simce.
El responsable de la Agencia de
la Calidad advirtió que “la prueba no es para ponerle nota al
estudiante, tampoco es para evaluar al profesor, ni para separar a
cursos por habilidad de aprendizaje”, con lo que centra los objetivos
sólo en mejorar la comprensión lectora en los niños de segundo básico.