La Cormupa tiene problemas de gestión, de liquidez, de exceso de dotación, de ajuste de la oferta educativa en relación a la demanda, pero de allí a sostener que es un problema de Estado, hay mucho trecho, es desconocer absolutamente la responsabilidad de la Administración, las obligaciones que impone la ley al sostenedor y escudarse en la voz de la calle. Al menos desde el año 2009 se debate sobre lo mismo, enajenación de inmuebles, despidos y ajuste de planilla y fusión de establecimientos educacionales. 

No obstante, ha sido la falta de definiciones políticas en el Concejo Municipal, la que invariablemente impidió adoptar decisiones y alcanzar soluciones. Al final el temor por los votos y las prioridades electorales han sido el obstáculo. Difícil que prospere una propuesta seria y ajustada a las posibilidades materiales y preferencias de la comunidad en un año electoral.  ¿Quién se atreverá a disponer la fusión de establecimientos con menos de doscientos alumnos y casi un profesor por cada tres alumnos?, ¿Quién asume la responsabilidad por los malos resultados en el Simce, en cursos con menos alumnos por sala que los particulares subvencionados? Nadie, la falta de coraje moral ha sido la constante.

Este no es un problema de Estado, porque haya que pedirle mayores recursos o que este asuma el pasivo, eso es insostenible.  Es un problema de Estado, porque la relación entre oferta educativa y demanda no se ha asumido como parte de los valores predominantes en la sociedad, en que han cambiado las opciones, los valores, las expectativas, ya no basta con superar el analfabetismo o alcanzar la enseñanza básica o media, ni hacerla obligatoria.

Hoy existen otras demandas por la calidad, otras expectativas que no dicen relación con la gratuidad, exclusivamente, sino que con la igualdad de oportunidades que la educación concede. Este es el real problema de Estado, si la educación municipal fuese de calidad, pertinente y acorde con las necesidades locales, el problema no sería el déficit, este sería resoluble, de una forma u otra se podría alcanzar el objetivo de equilibrio financiero.

Cuando muchas personas no logran satisfacer sus necesidades, en este caso de un adecuado servicio educativo, es un problema social, esta carencia subyace a la baja en la matrícula. Una sociedad es una comunidad formada por personas que interactúan entres sí, que se ajusta, responde y se defiende, la persistente baja en la matricula, que en dos décadas ha dejado vacías las aulas refleja un malestar profundo de la sociedad y de nuestra comunidad con su educación, que ha perdido credibilidad, los padres no encuentra las motivaciones, los incentivos adecuados para enviar sus hijos a las aulas.

Los problemas sociales, son situaciones que impiden el desarrollo o el progreso de una comunidad o de uno de sus sectores. Por tratarse de cuestiones públicas comunales, la municipalidad que integra la administración del Estado, tiene la responsabilidad y la obligación de solucionar dichos problemas a través de acciones del gobierno local, no recurrir a la explicación fácil y decir que es un problema de Estado, que es decir de nadie.