Giselle
Andrade es una joven magallánica, de 17 años, que hace más de tres años
le diagnosticaron aplasia medular severa.
Es una enfermedad que produce la desaparición total o parcial de las células que se encuentran en condiciones normales en la médula ósea y actúan como precursoras de las diferentes células de la sangre.
Cuando
le diagnosticaron esta enfermedad, Giselle estuvo en el Hospital
Clínico de Magallanes durante varios meses.
Luego, por el avance de la patología, la trasladaron a Valdivia y ahora se encuentra internada en el Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, ubicado en la comuna de Providencia, en Santiago.
Su
madre, Liliana Anabalón, junto a su esposo, en aquella oportunidad
tuvieron que vender absolutamente todo para costear el tratamiento de su
hija, y con la ayuda del Gobierno Regional han podido pagar el
trasplante y algunos tratamientos.
“Desde el 2014 mi hija está con una
enfermedad llamada aplasia medular severa. A ella le hicieron el
trasplante de médula el 13 de septiembre de 2017 en el Hospital Dr. Luis
Calvo Mackenna. Todo iba saliendo bien hasta que los doctores nos
dijeron que tiene un virus que le está comiendo la médula que le
colocaron.
Ahora la tienen que hospitalizar para que le inoculen un medicamento para sacar definitivamente este virus, porque si no lo sacan se pierde todo, estamos muy preocupados por esta situación”.
Síntomas
Varios síntomas y complicaciones fueron detonantes para que estos padres magallánicos se alertaran y pensaran en que su hija tenía algo. “Mi hija empezó con esta enfermedad en noviembre del año 2014. Nosotros nos pudimos percatar porque empezó a sangrar por la nariz por nada, a veces se despertaba en las mañanas y sangraba, eso nos causó mucho impacto, de igual forma también le empezaron a salir moretones en su cuerpo. Por los moretones pensábamos que era en el colegio que le pegaban, pero al ir al hospital nos dijeron que era una enfermedad rara que tenían que confirmar”, relató.
Gastos
Una
dieta post trasplante es realmente costosa, no sólo por la alimentación
sino también por todos los controles y gastos en medicinas que se deben
realizar. Liliana explicó que “cuando mi hija empezó con esta
enfermedad la atendieron en el Hospital Clínico de Magallanes.
Allí
estuvo hospitalizada varios meses, después nos enviaron a Valdivia y
ahora estamos viviendo acá en Santiago. Nosotros para costear los
gastos de mi hija tuvimos que vender todo, ahora no tenemos nada,
incluso hay una señora llamada Alicia que nos ha ayudado bastante y el
Gobierno Regional, que también me ayudó a pagar el trasplante y los
controles de mi hija. Con el tratamiento y los controles no tenemos
problema.
Sin embargo, no tenemos dinero para estar acá en Santiago, no
tenemos dinero para la comida, para su régimen alimenticio, incluso
algunos medicamentos no los dan y tenemos que comprarlos, además a su
piel le salen grietas y hay que comprarle cremas especiales, siempre hay
que comprar cosas que no podemos costear.
En estos momentos tenemos que comprar una inyección que cuesta alrededor de 270 mil pesos y con lo que gana mi esposo en la construcción no lo podemos costear. Yo siempre estoy con Giselle en el hospital y no me da tiempo de trabajar. A mi hija la hospitalizan hoy (ayer) y esperamos que todo salga bien, los doctores dicen que tenemos que tener paciencia y esperar.
Giselle
En
tanto, la madre de Giselle comentó que su hija está cansada de todos
los tratamientos, sin embargo, ella siempre está a su lado para apoyarla
en todo momento.
“Mi hija está cansada, ya no quiere seguir, ahora la
van a pasar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para colocarle el
medicamento. A ella le dan crisis de pánico, porque vivió muchas cosas
en la UCI la vez pasada y al llegar a esa lado del hospital recuerda
todo lo que pasó y no quiere estar más allí.
Como madre, le digo que tiene que salir de ésta, que tiene que hacer su último esfuerzo, hemos salido de peores y de ésta sé que vamos a salir, siempre le comento que confiemos en Dios, porque es el único que nos puede dar una mano desde arriba”, concluyó.
Información
Las
personas que quieran ayudar a la joven magallánica Giselle Andrade se
pueden contactar con su madre, Liliana Anabalón, a través del número de
celular
+56 9 8386 7190