Ella mientras se encontraba cuidándole la casa a su hermano, quien por razones de trabajo tuvo que viajar hacia Santiago, vivió una de las peores experiencia en vida: el robo del hogar.
Cuando iba, ese 1 de junio del 2017, camino al hogar de Danilo en la Población Archipiélago de Chiloé, la mujer vio que algo andaba mal: la puerta de la cocina estaba abierta y la luz prendida.
“Yo
voy llegando y me encuentro que le puerta de la cocina estaba abierta,
la luz estaba prendida y faltaban objetos de valor de mi hermano: el
televisor led de 49’, que ni siquiera lo había pagado, su computador
donde tenía todos sus datos de su tesis, porque estaba estudiando, su
Play Station 3 con sus juegos, y de ahí todo lo que es el cordel con
ropa. Se lo llevaron todo. Yo encontré todo tirado en el suelo, con los
ganchos rotos tirados en el suelo del patio.
No había nada. Se llevaron toda la ropa de marca de mi hermano, menos mal que no se llevaron su traje y sus zapatos que ocupa para el trabajo que se encontraban en el ropero”, contó apenada tras recordar el hecho.
Ahora, Carola junto a su hermano buscan que este tema no quede así pues pese a que ya están recuperados de este duro golpe, el cambio de vida que tuvieron que hacer fue drástico. Incluso, Danilo tuvo que colocar cámaras de vigilancia en su hogar.
“Está horroroso Punta Arenas. No es como antes. Ahora se ve de todo, cualquiera entra a tu casa y listo. Lo peor es que no hay solución, pero sí me extraña es que sí existan respuestas en los barrios altos de la ciudad. Ahí se mueven todos. Da lata”, cerró Carola.