No hay caso. Diego
Schwartzman es la bestia negra de Nicolás Jarry.
Tal como ocurrió en Río de Janeiro, Miami y la Copa Davis, el actual número 15° del mundo fue un escollo imposible de superar para el tenista chileno, que venía con la confianza a tope luego de superar una dura fase previa ante Nicolás Kicker y Joao Sousa.
Incluso las cosas comenzaron bien en el primer set para Jarry. El chileno jugaba bien con su saque, quebró el servicio del argentino para quedar 4-1 en ventaja, y tuvo otra opción de aumentarla, sin embargo, no pudo.
Y ahí estuvo el problema. Jarry dejó con vida a Schwartzman, y a diferencia de él, el trasandino no lo perdonó. Recuperó el quiebre para quedar 4-3, ganó el primer set con otro rompimiento, y extendió una racha de nueve juegos ganados de forma consecutiva.
Las opciones pérdidas del chileno se transformaron en una frustración que nunca pudo superar. Entregó su servicio en el primer, tercer y séptimo juego del segundo set, y así también el partido ante un rival que por ahora sigue siendo mucho para él.