“Ella descansa cómodamente y mantienen un
espíritu alto”, indicó Stephanie Grisham, portavoz de la primera dama de
Estados Unidos, agradeciendo a las miles de personas que le enviaron
mensajes.
La ex modelo, de 48 años, pasó casi toda la semana en el
hospital militar Walter Reed, en Bethesda (Maryland), en los suburbios
de Washington, tras ser sometida a un procedimiento de embolización,
señaló la vocera.
Este procedimiento es usado con frecuencia para cortar el flujo de sangre hacia un tumor o su crecimiento. Es común que después de este procedimiento el paciente quede internado para tratar el dolor. La tercera esposa de Donald Trump, quien ha sido muy discreta desde su arribo a la Casa Blanca, poco a poco ha ganado su lugar en el número “1.600 de Avenida Pennsylvania”.