En 2012, el Ministerio Público de Magallanes recibió 1.267 denuncias por hurto. “Bandas criminales” están operando detrás de los llamados “mecheros” que ingresan a las grandes tiendas y supermercados a robar. Punta Arenas aparece como una interesante plaza para los delincuentes que vienen de otras zonas del país, sobre todo de la Región Metropolitana.
De acuerdo con las indagaciones policiales, hombres y mujeres, se coluden para venir a robar y llevarse millonarios botines.
Así quedó al descubierto en noviembre del año pasado, cuando la Brigada de Robos (BIRO) de la PDI detuvo en el aeropuerto a cuatro personas (provenientes de Santiago), que viajaron solamente a robar prendas de vestir en tiendas como Falabella y Ripley, y abandonaban la zona con un botín de más de siete millones de pesos. El grupo, tres adultos y una menor de edad, dedicados al robo de ropa de marcas exclusivas y de alto valor comercial.
Así lo mencionó el fiscal Eugenio Campos Lucero, que hace tiempo viene trabajando estos casos con personal de la BIRO. Un minucioso análisis de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de los locales, les permitió establecer la forma que tienen de operar, “y así pudimos desbaratar dos bandas criminales dedicadas a la sustracción de especies, desde grandes multitiendas”. Lo que más les llamó la atención fue la capacidad que tienen de burlar los sistemas de seguridad. “Esto no lo habíamos observado anteriormente. Primero por el gran número de personas y luego que utilizan menores de edad para distraer la atención del personal de seguridad”.
Es tal la sofisticación y agudeza para robar que ocupan modernas técnicas y utilizan los mismos dispositivos de seguridad de las tiendas comerciales, como elementos distractivos, para no ser detectados por el personal de vigilancia.
Dos recientes condenas tiene a su haber el fiscal, respecto a personas de Punta Arenas. Una fue la de
820 días de presidio que recibió Fabián Contreras Hernández y 541 días Katherine Soto Zúñiga, ambos por la sustracción de especies desde la Tienda Ripley por $ 256.660 (las imágenes de la fotografía y que se mostraron en el juicio oral). A los dos se les concedió el beneficio de la reclusión nocturna.
Banda organizada
La otra es una banda organizada que vino de Santiago y que pareciera tener un recorrido histórico a nivel nacional, por los registros policiales.
Eugenio Campos dijo que se hacían acompañar de una menor edad. Tenían pasajes de ida y vuelta, con tiempo y estada definida. El suficiente para ingresar a las tiendas, robar lo que deseaban, incluida ropa de marca, para posteriormente juntarla y emprender la huida a la capital. Claro que no les fue bien porque fueron detenidos por la PDI.
“Algunos están privados de libertad, otros con orden de detención judicial y otros a punto de llegar a algún tipo de procedimiento”, indicó el fiscal.
“Nótese que la banda que vino de Santiago sustrajo especies por más de siete millones de pesos, con prendas a pedido. Por ejemplo, en uno de los episodios sustrajeron 30 camisetas de un equipo deportivo que estaba en boga. Tenían su mercado cautivo para luego reducir las especies en el norte del país”.