Lo condenaron a tres años y no podrá volver a Ushuaia

General
11/04/2013 a las 12:51
Fue encontrado culpable de abusar en contra de una niña de entonces nueve años.Ernesto Cárcamo Ortega fue beneficiado con la libertad vigilada. Pese a sentirse acusado injustamente, los jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas, sentenciaron ayer a tres años y un día de presidio a Ernesto Eugenio Cárcamo Ortega, “en calidad de autor del delito de abuso sexual”, en contra de una niña de nueve años.
El acusado es chileno nacionalizado argentino. Vive en la ciudad de Ushuaia, pero no podrá volver en los próximos tres años a Argentina, porque si bien la pena podrá cumplirla en libertad, “por tres años queda sometido a un régimen de libertad a prueba, bajo la vigilancia y orientación permanente de la sección de tratamiento en el medio libre de Gendarmería de Chile”, indica el fallo.
Inicialmente el fiscal Fernando Dobson acusó a Cárcamo de cometer dos abusos, pero el tribunal condenó solamente por uno.
En el juicio, el abogado defensor, Ramón Bórquez, pidió la absolución de su cliente, a quien consideró una persona inocente, argumentando dudas razonables, “ya que la afectada contó los hechos a su hermana, y esta a su vez a la mamá”. Sostuvo que la víctima se sintió traicionada por el sicólogo que hizo la denuncia, y estableció que el relato no era creíble, “puesto que el acusado tuvo una relación amorosa con la madre de ella”.
Cuando la víctima, de actuales 18 años, declaró en el juicio oral, recordó que los hechos primero se los contó a su hermana, a propósito de un programa de televisión que miraban ambas, donde se mostró un caso similar al de ella. Y que calló durante años. Sindicó como autor a un tío que conocía a la familia, cuando tenía nueve años, persona que construía una pieza en la casa. Su mamá fue a Argentina con su abuela. Ella y su hermana quedaron en la casa con el acusado. Nunca antes hizo algo así. Ese día ella no fue al colegio porque le dolía el estómago, su hermana sí fue. Recordó que el acusado estaba acostado y ella fue al baño con polerita y calzón. El hombre le dijo que jugaran y logró que ella se subiera sobre él comenzando a moverse de arriba abajo. La tomó de la cintura y ella quería parar. Le trató de bajar el calzoncito pero ella no quiso. El acusado le pidió que no le contara a nadie lo que había pasado, porque no le iban a creer.
El acusado prestó declaración en el juicio manifestando que era inocente, que en la época de los hechos vino a trabajar a Punta Arenas, desde Ushuaia, y estuvo viviendo con la familia de la menor porque tenía que construir una habitación en la casa. Dijo que mantuvo una relación larga con la madre de la víctima. Un día ella y la abuela fueron a Santa Cruz y él quedó a cargo de la joven, durante dos días, hasta que regresaron. También tuvo relaciones con una hermana de la madre de la víctima. Había vínculos entre las familias, desde la infancia. En aquella oportunidad en que las niñas quedaron con él, también las iban a ver un tío y una hermana.
Sicólogo
Para efectos de condena, los jueces consideraron la declaración de la madre de la menor afectada y los dichos de la propia víctima, que reveló en detalle el abuso en su contra.
Además, el sicólogo Néstor Gatica expresó que la niña le indicó que el tío Ernesto la tomó por la cintura y le practicó los movimientos señalados, concluyendo en su pericia que se trató de un relato creíble.

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