La triste Navidad que viven los cristianos de Siria

General
25/12/2013 a las 10:55
Muchos de ellos asilados en precarias condiciones en El Líbano y se reúnen en las iglesias para buscar consuelo, en medio de la escasez y las trágicas consecuencias del conflicto interno. La Navidad es triste este año para muchos cristianos de Siria que debieron huir de sus hogares por la guerra civil, y ahora viven en El Líbano, donde buscan consuelo junto a otros fieles frente a las estrecheces y la nostalgia de tiempos pasados.
La iglesia de San Jorge está abarrotada de creyentes en una misa antes de Nochebuena. Hombres y mujeres escuchan sentados en los bancos al sacerdote, que los reprende por no llevar a sus hijos a la iglesia. “Parece que tenían más fe cuando estaban en Siria”, los reconviene.
Apenas hay signos de que es Navidad en el interior del edificio, donde tan solo unas hojas de flor de pascua adornan una barandilla junto al altar.
“Somos una parroquia pobre y más ahora, por las circunstancias tenemos que ayudar a los feligreses. No estamos para grandes celebraciones”, explica el archidiácono Yatron Koliana en su despacho dentro del recinto, ubicado en el distrito Asirio, un barrio de trabajadores en el este de Beirut.
La mayoría de los cristianos que acuden a la iglesia son refugiados procedentes de la provincia siria de Al Hasaka. Siguen a la Iglesia Asiria Oriental, una de las muchas ramas en que se divide el rito siríaco, una de las variantes de la cristiandad oriental.
Para muchos de ellos, la celebración de la Navidad se limita a asistir a la Misa del Gallo en Nochebuena y a otra especial el día 25 en la mañana. La austeridad está lejos del jolgorio de otros años, en los que organizaban banquetes, visitaban a familiares y hacían regalos a los niños, consigna agencia EFE.
Las necesidades ahora son múltiples entre los refugiados. “Hay que atender a los enfermos, especialmente a ancianos, porque muchos no tienen acceso al médico. La mayoría de los niños no puede ir al colegio y hay gente que no tiene dinero para comprar comida. Muchos trajeron sus ahorros en moneda siria, que se ha devaluado”, enumera Koliana.
Los cristianos corresponden al 10% de la población de Siria. En su mayoría sigue el rito griego-ortodoxo. Los asirios de la Iglesia Oriental se concentran en unas 35 localidades de Al Hasaka, junto al río Jabur.
Según el presidente del Movimiento Patriótico de Asiria, Ashur Giwargis, antes de la guerra vivían en esa zona unas 120.000 personas. “Ahora deben quedar unos 10.000, todo el que puede se va”, declara.
Aunque no existen censos oficiales, Giwargis calcula que en territorio libanés podría haber actualmente unos 40.000 asirios que han huido de Al Hasaka, mientras la guerra sigue en toda su crudeza.

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