Juan Bernardo Ovalle Hernández fue condenado ayer por el Tribunal Oral en lo Penal a cinco años y un día de presidio efectivo, como autor del delito de robo con intimidación, perpetrado la madrugada del 28 de noviembre del año pasado.
Durante el juicio, el fiscal Eugenio Campos Lucero, presentó pruebas y testigos con los que acreditó que el delito se perpetró a las 03.10 horas en circunstancias que el afectado R.S.L. manejaba un taxi y tomó como pasajero al acusado, quien le solicitó que lo dejara en la Población Calixto. Al llegar a calle Chilote Díaz, Ovalle le pidió que se detuviera, pagó el valor del servicio, pero no se bajó del vehículo. Allí le solicitó al chofer que le entregara todo el dinero que tenía en su poder, ya que andaba “ volado y curado” y que si no “le iba a cortar el cuello”.