Alerta Isla Riesco argumenta contaminación, tanto acústica como de rocas subterráneas, y levantamiento de polvo.

Aseguran que ello impactaría de forma directa sobre la vida humana, animal y vegetal cercana al lugar, además de perjudicar el desarrollo turístico.

Durante la semana recién pasada, Mina Invierno presentó una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) ante el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), iniciativa que pese a ser denegada por temas de forma, no impide un futuro reingreso una vez corregida la solicitud, en la que a grandes rasgos, se busca incorporar tronaduras en el proceso de remoción de material estéril para extraer el carbón de Isla Riesco.

Ante este escenario, la agrupación ciudadana Alerta Isla Riesco, manifestó su preocupación por el empleo del método complementario cuyo objetivo supone la fragmentación del material con baja carga de explosivos, mejorando a su vez, los niveles de productividad propios de la operación.

 “En la Resolución de Calificación Medio Ambiental (RCA) de Mina Invierno, ellos negaron en dos ocasiones la utilización de tronaduras. Partiendo por eso, ya podemos vislumbrar irregularidades. En el fondo, están rompiendo el contrato firmado con el Gobierno a través de la RCA al postular el ingreso de tronaduras”, argumentó Gregor Stipicic, dirigente de la organización, enfatizando en el hecho de que al no haber presentado la opción desde un comienzo, los impactos que el empleo de tronaduras causa al medio ambiente, nunca fueron evaluados en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), mientras que por su parte, la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), conlleva un análisis significativamente menos acabado, facilitando la incorporación de explosivos a la extracción del mineral.

Bajo este contexto, quien preside la agrupación a nivel regional, argumentó los eventuales  motivos por los cuales la empresa habría presentado la DIA, ante lo cual comentó en primer lugar. “Claramente quieren abaratar costo porque el precio de carbón, este último tiempo, ha disminuido. Pero lo interesante de esto es saber si ellos realmente sabían que tenían que usar tronaduras y simplemente no las presentaron desde un principio porque después es más fácil que sea aceptada”, esclareció Gregor Stipici en torno al fehaciente proceso de fraccionamiento del estudio, “O lo otro, que realmente ellos hicieron un estudio errado de la roca”, teoría poco creíble para el organismo, considerando que dicha instancia corresponde a una de las aristas más importantes a la hora de emprender la explotación minera, situación que pone en tela de juicio la transparencia en los Estudios de Impacto Ambientales.

 “Claramente uno de los más importantes es el ruido, la contaminación acústica. Recordar que ellos quieren hacer cuatro detonaciones semanales por un total de 10 años. Obviamente, el radio de impacto acústico es alto, lo cual no sólo afecta a la fauna local o la calidad de vida de la gente que vive en los alrededores, sino que también amenaza la parte productiva de ganadería ovina, especialmente”, explicó Stipicic, posteriormente, agregando: “Por otra parte, tenemos la posibilidad de contaminación en rocas subterráneas al efectuar la tronadura y por supuesto, el levantamiento de polvo, el que obviamente se desplazaría fuera del rango de la mina”, señaló tras reflexionar sobre la última multa cursada contra el privado, equivalente a $ 126 millones, debido a diversos incumplimientos ambientales detectados en las faenas del proyecto, entre los que se encuentran la ineficiencia del sistema de decantación de aguas provenientes del rajo de explotación, previo a que sean vertidas en el estero Chorrillo Invierno 2, además de múltiples incumplimientos relativos a obligaciones de seguimiento ambiental en materia de calidad de agua.