La fábrica se centrará en la clonación de animales domésticos, perros policías, caballos de carrera y vacas, para comercializarlos a escala industrial.
La “producción” de animales comenzará en 2016 en la ciudad portuaria de Tianjin (norte), una metrópoli situada a 150 kilómetros al este de Pekín.
El centro producirá unos 100.000 embriones de vacas al año en un primer momento, pero su objetivo es hacer un millón anual, según el presidente de Boyalife, Xu Xiaochun, citado por Xinhua.
“Los agricultores chinos tienen dificultades a la hora de producir suficientes vacas de carne para responder a la demanda del mercado”, justificó a prensa.
El escepticismo era patente en las redes sociales chinas, donde numerosos internautas dudaban de que los consumidores mostraran entusiasmo por carne procedente de animales clonados.