Hace dos semanas un video de Punta Arenas circuló por las redes sociales y fue noticia a nivel nacional por el “extraño” fenómeno que el viento generó en dos banderas que flameaban en direcciones opuestas, pese a estar una frente a la otra.
Lo cierto es que el viento hace de esta ciudad, según un ranking de la base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Nellis (Nevada), la cuarta más ventosa del mundo. Según el listado, la número uno es Wellington (Nueva Zelanda), le sigue Río Gallegos (Argentina), St. Johns (Canadá), Punta Arenas (Chile), Dodge City (Kansas, Estados Unidos), Casper (Wyoming, Estados Unidos), Ushuaia (Argentina), Yigo (Guam), Amarillo (Texas, Estados Unidos) y, finalmente, Perth (Australia).
Las rachas de viento que pueden llegar hasta 110 km/h en Punta Arenas, a partir de septiembre, cuando se inicia la temporada de mayor intensidad, se producen según el climatólogo del Instituto de la Patagonia, Nicolás Butorovic, “por las diferencias de presión entre el anticiclón del Pacífico y las bajas presiones que nos están llegando todos los días del continente antártico.
Entonces, entre
la interacción de altas y bajas, el producto que se da es el viento y
eso porque nosotros tenemos la influencia antártica que el resto del
país no tiene”. En este contexto, la pregunta es si en Punta Arenas las
construcciones están preparadas para recibir estas fuertes rachas de
viento. Sin ir más lejos, el año pasado, en noviembre, una racha de 90
km/h derribó un árbol centenario de la Plaza de Armas y dejó personas
heridas. Mientras que en el sur de la ciudad, la misma ráfaga tumbó a
uno de los dinosaurios de la muestra del Cequa en el Parque María
Behety.
Consultado al respecto, el seremi de Obras Públicas, Pablo
Rendoll, comentó que si bien no existe una normativa específica para las
edificaciones, “todos los cálculos que se hacen en construcción
incorporan la variable viento, si no fuera así tendríamos situaciones de
emergencia a cada rato”.
Y explicó que “lo que hay es una norma antisísmica, debido a que los estragos que puede causar un terremoto son mayores a los que puede causar el viento, por eso dentro de la norma antisísmica, la variable del viento se trabaja como un factor de menor intensidad, porque los movimientos que generan un temblor o un terremoto, son efectos mayores que los que puede generar el viento”, precisó la autoridad.
@ElizabethMurga