El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, expresó su rechazo hacia la decisión de los senadores de oposición que calificaron como inconstitucional el proyecto Aula Segura del Gobierno, y los emplazó a conocer la experiencia de los profesores que acuden a trabajar a los liceos de la comuna bajo el miedo de ser atacados por los alumnos que realizan actos vandálicos.
En entrevista con Radio Universo, el jefe comunal manifestó que “en cualquier colegio privado, donde seguramente esos legisladores tienen a sus niños, frente a un hecho de violencia extrema los expulsan de inmediato y aquí en los colegios públicos estamos amarrados en unos procesos que son sumamente largos, garantistas”.
En
ese contexto, invitó a los legisladores “a conocer la experiencia de
los profesores, los directores de los establecimientos que van a
trabajar con miedo, que han sido rociados con bencina, que les han
lanzado bombas molotov. Frente a eso, lo que buscamos es tener una
herramienta eficaz para poder impartir justicia y normalizar el sistema
educativo”.
“Hemos visto cómo alumnos que lanzan una molotov en la mañana, que están identificados, en la tarde están mirando al profesor que amedrentaron. Eso no lo podemos permitir”, enfatizó. En cuanto a la decisión de la comisión de Constitución del Senado, que ayer declaró inconstitucional el proyecto de ley, Alessandri apuntó que “es el Tribunal Constitucional el que decide. Para mí más bien es la opinión de tres legisladores, no todos son abogados, podrán tener razones fundadas”.
“Nosotros velamos porque el debido proceso exista, que los alumnos que son notificados de una expulsión frente a un hecho violento tengan la oportunidad de defenderse, pero también tenemos que garantizar a todos esos alumnos que quieren estudiar que lo puedan hacer, y en un ambiente seguro”, enfatizó.
En esa línea, el jefe comunal recalcó: “Imagínense ustedes que fueran todos los días a trabajar con miedo. Eso es lo que ocurre en los colegios de Santiago y eso es lo que tenemos que tener: una herramienta eficaz (…) son grupos radicalizados que actúan a rostro cubierto, que no tienen un petitorio y que buscan incitar el odio y el terror”. “Los números lo demuestran.
¿A cuántos niños hemos podido expulsar? A muy pocos, a muchos los devuelve la Superintendencia de Educación por el debido proceso, faltó una coma y además se demora un mes y medio. La justicia para ser tal tiene que ser oportuna”, dijo sobre “la sensación de impunidad que queda en estos casos”. Sobre qué se debe hacer con los alumnos que incurren en esas conductas, sostuvo que “el 80% de ellos no son de la comuna. Hemos pensado mandarlos a un colegio cercano a su domicilio para que tenga un sentido de pertenencia. Aquí me rompen los contenedores, los focos de la luz, las calles las rayan, porque no le tienen cariño a la ciudad”.