Un nuevo juicio enfrenta un abuelo que ya había sido condenado por agredir sexualmente a sus nietos, y mientras cumplía esa sentencia, otra de sus nietas develó que también había sido víctima de los ataques del hombre de actuales 77 años.
En esta ocasión, el hombre, de iniciales J.A.G.G., se le acusó por los hechos que se gestaron desde febrero del 2008 a marzo de 2014, en al menos tres domicilios de Punta Arenas. El imputado propiciaba acercamientos con su nieta desde los 7 años y en diferentes ocasiones realizó tocamientos con sus manos las partes íntimas a la niña, pidiendo además que le toque a él sus genitales, todo esto solicitando que guarde silencio, si no sus padres la castigarían.
Según la Fiscalía concurre la agravante del parentesco por lo que solicitó una pena de 7 años de cárcel por el delito de abuso sexual.
El
juicio que comenzó ayer, también tuvo la presencia en estrado de la
madre de la menor víctima (hija del agresor), quien recordó otros
episodios de agresiones sexuales por parte de su padre.
“Cuando mi hija develó los hechos con mi hermana decidimos denunciar lo que pasó, ya que lo que me contó mi hija para mi fue terrible. Luego del primer juicio, mi hija mayor dijo que había salvado a su hermana menor, y ahí fue que ella dijo que no había pasado eso, ya que también había sido víctima, fue ahí que al saber lo que pasó la fui a buscar, la abracé y lloramos juntas. Ella me decía que no quería hablar más del tema porque le hacía mal. No encuentro explicación a todo esto que nos destruyó como familia, y ahora mi hija está en tratamiento y aún no se puede dar de alta”.
Condena previa
Cabe señalar que J.A.G.G. de 77 años, se encuentra cumpliendo una condena de cinco años de cárcel, luego de ser condenado en enero de 2017, como autor del delito de abuso sexual reiterado de tres de sus nietos menores de 14 años, hechos ocurridos en la ciudad entre 2004 y 2008.
En relación a esos hechos, el primero ocurrió el verano del año 1999. Una pequeña de siete años, al visitar a su abuelo en la comuna de Til Til, fue víctima de tocaciones en sus partes íntimas.
Posteriormente, durante el año 2004 donde la menor tenía 12 años, el imputado se trasladó a vivir a Punta Arenas y el acusado le volvió a realizar tocaciones cuando se quedaban solos.
Tras esto, la niña se cambió de domicilio con sus padres y, cuando el condenado acudía a visitarlos, continuó con los mismos abusos hasta que la víctima tuvo 14 años.
Refugiado en Argentina
El segundo hecho por el que se le condenó guarda relación con una menor de 10 años a la fecha de ocurrencia de los hechos, en el año 2007, prima de la otra víctima, quien se fue a vivir a la casa de sus abuelos.
El imputado le pedía que le lavase sus partes íntimas ofreciéndole dinero: la pequeña no comentó nada hasta el día de la revelación de los hechos.
El tercer caso indica que el nieto del imputado, de 9 años en la fecha de los hechos durante 2008, visitó a sus abuelos en Punta Arenas y el infractor le dijo que le realizase masajes con crema en sus partes íntimas para luego entregarle 1.000 pesos.
En otra ocasión, se trasladaban en un vehículo y el condenado se bajó del auto y le mostró sus genitales al menor.
Estos hechos fueron narrados por los menores en medio de una reunión familiar, luego de algunos años de que ocurrieron, lo que originó que el abuelo se refugiara en Argentina, donde pasó algún tiempo, para luego volver y entregarse ante la PDI de Punta Arenas.