Treinta y doce segundos duran cada uno de los videos, publicado ayer en redes sociales, que implicaron la detención de un joven de 17 años que durante esta jornada fue formalizado por incendio.

En ellos se muestra como un grupo de al menos tres personas participa en la quema de vegetación en distintos sectores, utilizando un desodorante para avivar el fuego. El hecho habría ocurrido el 26 de enero en el sector de El Pueblito de Coronel.

La publicación de los registros causaron el inmediato rechazo de la comunidad, motivando incluso que algunos compartieran la supuesta identidad del directo autor de la quema.

Finalmente, ayer por la tarde, un grupo de menores en compañía de sus padres y un abogado defensor declararon en las dependencias de la PDI, resultando el mayor de estos aprehendido.

El caso se enmarca dentro de los múltiples incendios que han ocurrido en distintas regiones de país en lo que va del año y que han implicado el fallecimiento de al menos tres personas.

Cifras confirmadas por la PDI indican que el 99% de los siniestros son provocados por las personas, ya sea de manera negligente o intencional.

Los perfiles

El psicólogo del Instituto de Criminalística (Inscrim) de la PDI, Gonzalo Ulloa, explica a Emol que cuando se detecta una conducta activa durante las investigaciones, es decir cuando se sospecha de la autoría de una persona, se inician las labores correspondientes para determinar si se trata de un pirómano o un “sujeto incendiario”.

Estos dos son los perfiles que se manejan para determinar las motivaciones de las personas que inician un incendio, cuyas actitudes son diferentes.

“El primero presenta un trastorno psicopatológico a la base; un impulso. Esta persona tiene especie de fascinación frente a la magnitud de un incendio.

Hay casos en que estos mismos participan de voluntarios en equipos de apoyos o en encuentros de bomberos”, describe Ulloa.

El segundo, en tanto, refiere a alguien “que tiene motivaciones externas para causar incendio, como económicas, políticas o sociales.

Se incluyen aquellos que han cometido un delito y quieren eliminar la evidencia”, agrega Ulloa.