Continúan los coletazos de la agitada primera reunión del nuevo Comité Central del Partido Socialista, que ratificó en el cargo de presidente de la colectividad al senador Álvaro Elizalde, cuya conducción ha sido severamente cuestionada por el ala disidente del partido, que encabeza la diputada Maya Fernández Allende.
Ese ambiente, atenuado por el silencio de los disciplinados militantes socialistas, se ha replicado, aunque no lo admitan públicamente, en Magallanes, donde las empatadas listas que se disputan la supremacía en el Comité Regional (11 por lado), aún no se reúnen para conversar sobre cuáles de los nombres que las integran ocuparán los cargos de la directiva y de las direcciones regionales.
“Hay que resolver problemas que están pendientes y que han salido a la luz pública con mayor fuerza, como los ‘militantes ficha’ y algunos padrones que están abultados”, adelantó el representante magallánico ante el Comité Central, Eduardo Manzanares, quien aún ostenta el cargo de presidente regional, a la espera de que el Tribunal Supremo socialista se pronuncie y ratifique a los 22 integrantes del Comité Regional, que se espera ocurra durante esta semana, para no seguir tensionando más el enrarecido ambiente interno.
Asimismo, agregó que “la nueva directiva ordenó una auditoría completa a nivel nacional de los padrones y desde ahora se va a exigir que los nuevos militantes sean presentados por dos personas y deberán tener un periodo de premilitancia, es decir, volver a lo que se hacía antiguamente”, explicó Manzanares.