Se acercan las Fiestas Patrias, se encienden las parrillas y todo Chile piensa en celebrar. Una costumbre arraigada en nuestro país, es hacer un rico asado familiar y con amigos para conmemorar el aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno. Para la mayoría de las personas, estos festejos son sinónimo de desarreglos y relajos en la alimentación, lo que no es muy difícil de hacer, porque nuestra gastronomía está llena de deliciosos y tentadores platos.

Septiembre gira en torno de la cultura de nuestro país, es el único momento del año en que se escucha y baila, masivamente, la música folclórica y, sobre todo, que está legitimada la celebración desenfrenada, sin medir consecuencias.

Sin el ánimo de bajar la felicidad que provocan nuestras Fiestas Patrias, al llegar septiembre es necesario encender las luces de alerta. Diversión no significa excesos en la comida y menos alta ingesta de alcohol.

Sin embargo, es un error inculcado el creer que disfrutar estas fiestas es incompatible con el autocuidado. Pese a que este año sólo serán tres días de celebración, de todas maneras es probable que un adulto suba entre 1 a 2 kilos en este lapso, ya que, además de comer mayor cantidad de alimentos, estos suelen ser altos en sodio (como el choripán, los quesos que rellenan algunas empanadas, entre otros) lo que produce una mayor retención de líquido.

Hay que ser mesurados con el alcohol y también en las comidas, en el sentido de no comer en dos o tres feriados lo que se privó durante todo el resto del año. En este sentido, respetar nuestro reloj biológico de las comidas habituales en cada persona ayuda mucho a evitar la alimentación excesiva o desbalanceada.

¿Qué debemos hacer entonces para sobrevivir de manera saludable a estas fechas?

No se trata de excluirnos de las celebraciones y encerrarnos en nuestras casas para no subir de peso, pero el ideal es evitar o reducir los aperitivos, una empanada por ejemplo, cuenta como un plato de fondo, no como la entrada, en ese sentido, prefiere una ensalada. Elige cortes de carne magros y disminuye los embutidos. Tener ojo con la sobremesa igual es elemental, la mayoría de las veces no solo es una buena conversación sino que también dulces altos en grasas, chocolates u otros, que a veces comemos sólo por golosear ¡pese a ya estar satisfechos!. Y lo otro es moverse, aprovechar estos días para pasear en familia, ir a un parque o bailar cueca, mucha cueca.

Es muy importante que seamos conscientes de que “endieciocharse” no es sinónimo de arriesgar la integridad de nosotros ni la de los demás, hay que entender estas fiestas como una celebración responsable y sana, donde los valores de la chilenidad no se malentiendan ni provoquen consecuencias que más adelante, de seguro, podemos lamentar.