La sede del Sindicato de Trabajadores de ENAP se transformó ayer en una fonda para entregar entretenimiento y un buen rato a decenas de familias inmigrantes de la Región de Magallanes, quienes disfrutaron de juegos típicos chilenos como además de la gastronomía tradicional de nuestro país.

La fonda fue amenizada con la típica cueca chilena a cargo del taller de cueca de la Escuela Argentina, donde más de cien niños y sus familias de diversas nacionalidades fueron los que disfrutaron de esta jornada que fue organizada por los trabajadores petroleros en conjunto con la diócesis del Obispado de Punta Arenas.

El presidente del Sindicato de Trabajadores de ENAP, Alejandro Avendaño, comentó que “los inmigrantes son parte del desarrollo de nuestra región y es bueno que conozcan nuestra cultura” añadió que, “como sindicato es segundo año que realizamos esta actividad”.

Avendaño, también agradeció a cada uno de las personas que integran el voluntariado Caritas Chile que prepararon toda esta fiesta, ya que desde la entrada recibían con gran entusiasmo a los niños.

“A la vez también agradecer a todos quienes colaboraron con esta iniciativa y hacer posible esta fiesta de chilenidad para tantos niños, como así también agradecer a la Mutual de Seguridad que se hizo presente con personal paramédico y resguardar la seguridad de las numerosas familias y niños que asistieron a este evento”, añadió Avendaño.

Las familias presentes agradecieron esta posibilidad de conocer las costumbres chilenas junto a sus hijos, y al mismo tiempo destacaron el esfuerzo realizado por los trabajadores para integrar a los niños a la sociedad magallánica.

El obispo Bernardo Bastres destacó la riqueza del pasado, del presente y del futuro de la población inmigrante y comentó que “en el desarrollo y empuje de la región estamos todos, sin distinción, ahora es el tiempo de aprender a recibir y acoger a los hermanos de otros países” .

Finalmente, agradeció al Sindicato de Trabajadores de ENAP, quienes han entregado con un gesto de humildad y de bien por nuestros hermanos inmigrantes.

“Es una gran fiesta de la chilenidad para los niños y padres de distintos países que han llegado a formar parte de nuestra población”, comentó el clérigo.