Hace una semana autoridades regionales y personajes influyentes de la medicina nacional, inauguraban el Centro Asistencial Docente y de Investigación de la Universidad de Magallanes (CADI – UMAG). El edificio cuenta con 6.982 metros cuadrados en 5 pisos, donde también funciona el Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (Cebima) que está dirigido por el Premio Nacional de Ciencias Naturales de Chile (2008), neurobiólogo doctor Nibaldo Inestrosa.
Este recinto tiene como objetivo ser un polo científico y tecnológico para el descubrimiento de la cura de varias enfermedades o soluciones terapéuticas, como por ejemplo: Parkinson, Alzheimer, y varios tipos de cánceres.
Uno de los gestores de esta moderna infraestructura, que según él es la única en Chile y Latinoamérica, es el médico cirujano y doctor del Hospital Clínico de Magallanes, Jorge Flies, quien aprobó el edificio cuando se desempeñó como intendente de la región (2014-2018) a través del Plan de Zonas Extremas.
Al respecto, el facultativo señaló que “Magallanes ha dado un paso gigantesco en el ámbito de investigación. Este centro está orientado para avanzar en medicina molecular y en la investigación de nuevos medicamentos de distintas patologías, especialmente en el ámbito de envejecimiento, demencia y probablemente cáncer, y también ser una aporte a la red asistencial (de salud) en patologías especificas que van a ser complementarias a los hospitales y atención primaria”.
En ese sentido, el médico dijo que el centro permite que la UMAG tenga un amplio convenio de colaboración y de trabajo en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, y a través de ellas con universidades extranjeras.
En búsqueda de la cura
Otro gestor de este importante avance en la medicina mundial, es el también director del Centro de Envejecimiento y Regeneración Chile UC, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y del Cebima, Dr. Nibaldo Inestrosa, quien señaló a Diario El Pingüino que uno de los factores del por qué se eligió a Magallanes para la búsqueda de la cura de estas enfermedades que afectan al mundo fue porque “el mundo farmacéutico hizo grandes laboratorios fuera de las universidades pensando que podían descubrir remedios necesarios para enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson y cánceres), pero probaron que era incorrecto a pesar de toda la tecnología”, dijo.
Al estar errados en su teoría (mundo farmacéutico), el Premio Nacional en Ciencias Naturales añadió que “quedó claro que las nuevas moléculas que iban a resolver algunos problemas del presente y futuro estaban en la naturaleza y había que buscarlos en sitios que están relativamente expuestos a distintos tipos de estrés y lugares relativamente apartados”, recalcó.
Además dijo que “se habló del Ártico, pero la desgracia es que no hay tierra y cuando se caliente el mundo se va a convertir en agua. También se habló de la Amazonía, pero ese lugar se está quemando así que no era el más adecuado. Así que quedó la Región Subantártica y Antártica, y con nuestros estudios y antecedentes vimos la posibilidad de aplicar este estudio en Magallanes”.
Futuro
Al ser consultado sobre la importancia de encontrar la cura para este tipo de enfermedades en la región, el director del Cebima fue enfático al señalar que “si nosotros encontramos la cura para una enfermedad justifica la existencia del centro y todo el dinero gastado. Yo soy más positivo, no sé si vamos a encontrar la cura para una (enfermedad), yo quisiera encontrar un poco de cada una, pero idealmente con que logremos encontrar la cura para una, se va a disparar el Cebima y Punta Arenas se va a colonizar, por la llegada de otros científicos que van a realizar sus investigaciones”.