“Magallanes, Magallanes”, exclamó en su lecho de muerte, el 24 de octubre de 1842, en su hacienda de Montalbán, Lima, Perú, el exiliado militar chileno Bernardo O’Higgins Riquelme, más conocido en el país, como uno de los “Padres de la Patria”. El pensamiento último del militar tuvo eco en el Presidente de Chile, Manuel Bulnes Prieto, quien ordenó al intendente de Chiloé, Domingo Espiñeira Riesco, anexar los territorios y mares al sur. Hace casi un mes cumplimos 176 años de historia nacional, ya que el Gobierno de Chile, tomó posesión de este territorio austral, el 21 de septiembre de 1843 en Punta Santa Ana. Y estamos próximos a cumplir 499 años de la llegada de Hernando de Magallanes al estrecho que hoy lleva su nombre y el de la región más austral del país, con un territorio vasto, pero muy poco poblado. ¿Por qué este lento crecimiento humano en un territorio extenso? Las respuestas pueden ser muchas, pero nos quedamos en general con la falta de visión futura de los gobernantes de nuestro país, de falta de políticas públicas que se prolonguen en el tiempo y que tengan un real incentivo para inversores, emprendedores, pequeños y medianos y para su propia gente que la habita. También hay otras variables que afectan nuestro propio desarrollo, como el derivado del aislamiento por accidentes geográficos que nos separan del resto del país. El Puerto Libre de la región que solo nos favoreció por seis años desde 1956 a 1962, luego la Ley Lorca de iniciativa del senador Alfredo Lorca Valencia con la creación de la Corporación de Magallanes, la Zona Franca actual de Punta Arenas y leyes de excepción que se caen en el tiempo, no han sido suficiente para el desarrollo humano sostenido. Las reglas de éstas últimas se cambian constantemente con fechas de términos insuficientes, principalmente para los inversionistas. Por eso en un día de festejos y a un mes de las elecciones, hay que manifestarle a las futuras autoridades que Magallanes necesita volver a crecer.