No podemos invisibilizar lo ocurrido el viernes y ayer en Santiago. Por eso ayer acaparó las portadas de los diarios más importantes del mundo. Y en Magallanes, no podemos quedar al margen. Fue primera plana de Diario El Pingüino en su edición Nº 4.105 de sábado 19 de octubre, porque fue el estallido social más grave ocurrido en nuestro país en las últimas cuatro décadas. La gente se aburrió y se aburrió de muchos cosas.

Se indignó de la inoperancia del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera para encontrar soluciones a los verdaderos problemas de la gente. Esto desembocó en que los anarquistas y el lumpen, avalados por avezados delincuentes salieran a las calles a destruir una ciudad que se jacta por ser una de las más seguras de Latinoamérica, pero que ya se pone a la altura de Caracas (Venezuela), San Pedro Sula (Honduras), Cali (Colombia) y Porto Alegre (Brasil). La delincuencia y la inseguridad se apoderaron de las calles.

Esta crisis social no es más ni menos que el resultado de las pésimas medidas que se arrastran desde el primer mandato de Michelle Bachelet, cuando un parlamentarios de regiones transaron su voto en favor de esta pésima iniciativa, solo para beneficio personal. Eso ocurrió hace más de 10 años y no podemos olvidarlo.

Esa negociación del Transantiago deriva en continuas alzas en los precios del transporte público: una vergüenza y de la cual muchos de los que usted ve sonrientes para las fotos son absolutamente cómplices. La gente se aburrió de tener políticos que no sean capaces de ponerse de acuerdo y de partidos como el Comunista que públicamente avalan conductas violentistas llamando a evadir, con la justificación de una desobediencia civil.

El chileno está molesto por la colusión de precios, por la corrupción, por los abusos de nuestras autoridades. Porque a los culpables de ello no se les castiga y siguen viviendo felices. No se hace nada con gobiernos que avalan el alza en las tarifas eléctricas (Bachelet II) o con mandatos que pretendían aumentos en las tarifas del gas (Piñera I).

La gente se cansó de que funcionarios públicos hayan sustraído dineros que le pertenecen a todos los chilenos. La población está indignada de que la Presidenta Bachelet haya abierto la puerta a la migración y que hoy eso redunde en que no seamos capaces de solucionar nuestros propios problemas que tenemos como país. La gente se aburrió de que el mandato de Piñera, que prometió frenar la delincuencia, no haya sido capaz de prever lo que iba a ocurrir en las últimas horas y que permitió la destrucción de Santiago.

La gente se aburrió de que las autoridades estén desconectadas de lo que está pasando. ¡Basta ya!