Los ojos del país y de gran parte del Mundo estuvieron ayer puestos en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, producto de la desaparición del C-130 Hércules de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Desde temprano arribaron numerosos medios de comunicación nacionales y hasta nuestra redacción llegaron muchas solicitudes de despachos, entrevistas y requerimientos periodísticos. Magallanes, por sus condiciones geográficas, está súper expuesta a tener un rol protagónico en este tipo de tragedias. Por ello, se deben tomar precauciones al máximo. En el aspecto aéreo, volar en los prístinos cielos magallánicos es muy diferente a hacerlo en otras zonas del país. Y en la navegación se repiten las condicionantes. Ayer, con mucho asombro, periodistas y reporteros gráficos de medios nacionales nos preguntaban una y otra vez por la velocidad del viento y no podían creer que las olas en altamar llegaran hasta los seis metros de altura. Así de difícil es maniobrar una embarcación o un avión en la zona más austral del país. A veces, quienes habitamos en Magallanes no lo dimensionamos. Incluso nos sorprende cuando en pleno invierno se reprograman algunos vuelos, porque nuestra pista de aterrizaje no está preparada o porque las condiciones climáticas no permiten aterrizar en el Aeropuerto Presidente carlos Ibáñez del Campo. Esa es nuestra realidad, a la que estamos acostumbrados, pero que debemos tener conciencia que estamos mucho más expuestos que la gran mayoría de nuestros compatriotas.