Francisco Sánchez

El equipo de investigación del Proyecto Fondart 2018 “Primeros asentamientos urbanos en el Estrecho de Magallanes: evaluación arqueológica y geofísica de Rey Don Felipe (Puerto del Hambre)” y el Parque del Estrecho, realizaron un importante hallazgo arqueológico a orillas del Estrecho de Magallanes.

Se trata de dos piezas de bronce (de gran tamaño), de artillería del siglo XVI emplazadas en lo que fue la Ciudad Rey Don Felipe, conocida como Puerto de Hambre, dentro del Parque del Estrecho.

Las piezas tienen grabadas el nombre del principal proveedor de piezas de artillería al imperio español, Francisco Duarte, quien implementó una serie de nuevas técnicas y desarrollo en la elaboración de cañones, obuses y otras piezas para el Ejército y Armada Hispana del siglo XVI.

Las ruinas de la ciudad Rey Don Felipe se encuentran a 56 kilómetros de Punta Arenas. Luego de que Hernando de Magallanes descubriera el Estrecho, estas aguas se convirtieron en un paso obligado, en donde piratas utilizaron el paso para acceder a los principales puertos del imperio español.

Se suma a lo anterior la competencia expansionista con el resto de las potencias europeas que motivaron a la corona española a tomar posesión efectiva de este estratégico lugar, especialmente tras el ataque del pirata Francis Drake en 1579.

Por eso se organizó la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa, quien fue puesto al mando de 15 naves y unos 4.000 hombres, con la orden de fortificar el Estrecho. Los temporales desmembraron la expedición, arribando al lugar de destino tan solo 3 barcos con unos 300 colonos. En 1584, Sarmiento fundó dos ciudades, Nombre de Jesús y Rey Don Felipe, en honor del soberano, pero ambas corrieron una fatal suerte, la inexistencia de tierras aptas para la agricultura provocaron la muerte por inanición de la mayoría de los colonos, provocando sangrientos motines.

En específico, en ciudad Rey Felipe, el mismo Pedro de Gamboa describe “luego se cercó el pueblo de palizada y se alzó un bastión sobre la mar, para defender el puerto de los navíos y desembarcadero, y se plantaron seis piezas de a veinte quintales en planchadas cubiertas”, en documento entregado por el historiador español Daniel Arveras, en contacto con Pingüino Multimedia.

Vale la pena señalar que en 1587, el pirata Tomás Cavendish navegó por el Estrecho y entró en contacto con los escasos sobrevivientes de la aventura, saqueando parte de las estructuras incluyendo un par de cañones que se encontraban ahí.

El historiador naval Carlos Valdenegro Oyaneder señala que “era una operación recurrente en fortificaciones de defensa de costa enterrar cañones y obuses para que fuerzas adversarias no se las apropiasen. Debemos comprender el pensamiento de la época y no es de sorprender que el hallazgo se encuentre en estas condiciones”.

Afirmó además que “la evidencia fotográfica nos muestra piezas claramente del siglo XVI, en donde componentes de la avances tecnológicos en artillería como son elementos de elaboración, funcionamiento y componentes de materiales en aleaciones de bronce, hacían en efecto piezas más livianas y con mayor capacidad de precisión.  El último cuarto del siglo XVI nos llena de diversos avances que se ven incorporadas en las piezas, lo cual nos reafirma la importancia de la misión que llevaban a cabo en estos rincones. Era tecnología de punta en la época”, afirmó.

El destino del hallazgo aún esta por definirse, tienen que pasar por el largo proceso de remoción, análisis y conservación, siendo estas piezas partes de un proceso en donde el mundo vivía dinámicas de exploración, conquista y sobre todo de resguardo de lugares estratégicos, en donde estos “dos guardianes del Estrecho en el confín del imperio español” son parte de una historia épica.