En las últimas dos semanas he dedicado esta columna a exponer y detallar mis opciones en este plebiscito constitucional, señalando porqué apruebo y porqué prefiero una constituyente totalmente electa.
Hoy escribo pensando en cómo se desarrollará el día este domingo próximo, donde en un acto libre voluntario los chilenos y chilenas, tanto los que viven en el territorio nacional, como los que lo hacen fuera del país, con un lápiz dirán qué futuro quieren y como lo quieren construir, en nuestra Patagonia, el Coronavirus o COVID-19, ha jugado una mala pasada y los chilenos que viven en Río Grande, Ushuaia y Tolhuin, no podrán ejercer su derecho a sufragio ya que las medidas de las autoridades argentinas para contener la pandemia, lo impiden. Si lo podrán hacer en Santa Cruz.
Tal vez tengamos un día patagónico, o sea con las cuatro estaciones en las 24 horas, viento, lluvia, sol y una noche más calma y agradable.
En el día espero que podamos participar de la forma más segura posible en este momento de la historia de nuestro país, donde una vez más gracias a la previa y permanente  movilización social, tal como a fines de los 80 y con sólo un lápiz, decidiremos la clase de futuro, en lo personal ya no para los y las hijas, sino que para las nietas y nietos.  
Votaremos como siempre lo hemos hecho respetando las normas e instrucciones, tanto las de la autoridad sanitaria, como de la única autoridad válida al momento de votar, la autoridad de los y las presidentes de mesa. Debemos recordar llevar nuestra cédula de identidad, que sirve si no tiene más de un año de vencida, o su pasaporte, esta vez nos recomiendan llevar nuestro propio lápiz de pasta azul y alcohol gel, y es obligatorio el uso de la mascarilla tanto al circular, al hacer la fila como al momento de votar, no saludar de mano a los integrantes de la mesa y apoderados, dejar el voto en la mesa, para corte de la colilla y depositarlo en la urna. Sentiré la misma emoción que sentí en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, y al igual que esa vez, esta vez no por temor a que se desconozcan los resultados como entonces, sino que para evitar mayores riesgos de contagio, las elecciones y por cierto los plebiscito los ganan quienes obtienen un voto más que los contendores, producido esto, todos debemos sumarnos al proceso siguiente, los que deseen ser constituyentes, iniciarán su tarea y todos y todas podremos proponer nuestras ideas, para ser consideradas,  ya que incluso quienes rechazan dicen querer cambiarla.
Dicho esto me permito recordar algunas cifras en las dos últimas elecciones con voto voluntario, recordemos que antes era obligatorio y se sancionaban a quienes, sin tener razones valederas, no asistían a votar. Hoy el y la que desea hacerlo vota y quien no, no.
Cómo nos comportamos en las últimas elecciones? En la presidencial habían 158.144 personas inscritas para votar, votaron 60.288 electores, es decir el 38.12%, no lo hicieron el 72.5%. Es decir el Presidente Piñera obtuvo cerca del 20% de los votos posibles. En las municipales la región tenía 157.836 inscritos en la región y votaron 47.478, es decir votó el  30.08% y no votó el 69.92%. En el caso particular de la capital regional habían 120.557 personas inscritas para votar y sólo votaron 33.169 personas en Punta Arenas, de esos votantes, el Alcalde Claudio Radonich Jiménez obtuvo un poco más de 15.200 votos, es decir votaron por él algo más del 10% de los y las inscritas para hacerlo. Ni a mí, ni a nadie que valore la democracia se le ocurriría objetar la validez del mandato que el pueblo soberano entregó, libre, voluntaria y SIN PANDEMIA el los eligió, lo mismo pedimos para todas las elecciones.
Por eso no podemos perdernos la oportunidad histórica para incidir ciertamente en el futuro y en nuestra historia.