Como se ha destacado en la prensa, la participación ciudadana fue bajísima en las primarias efectuadas a lo largo del país, lo que es una muestra del descontento popular respecto a la poca renovación de los candidatos a escaños populares.

Con el plebiscito constitucional quedó bastante claro que la comunidad busca reformas de peso, que no solo busquen modificar los estatutos legales vigentes, sino que también, la renovación de los principales actores políticos que han contribuido en gran parte a la situación en que nos encontramos hoy en día.
De esta revisión nadie escapa, no hay santos ni protegidos, todos aquellos que han obrado dentro del marco político hoy en día se encuentran bajo la mira de los ciudadanos, quienes con el tiempo han ido formando una idea del país que buscan para el futuro, y de quienes han contribuido a mantenerlo en la injusta situación en la que nos encontramos actualmente.

La baja participación en las primarias es un botón de muestra de la poca motivación que generan los candidatos preestablecidos por los partidos. La comunidad no se deja influenciar por sus propuestas vacías ni por sus promesas incumplidas. De eso ya ha tenido suficiente.

Tanto candidatos político partidistas como independientes, en muchos casos buscan la satisfacción del poder, perpetuarse en los cargos y redituar de los ingresos que les reporta el goce de un cargo de elección popular, por lo que la reelección en muchas ocasiones contribuye a un ejercicio pernicioso de la política, que en vez de procurar por el cumplimiento de promesas de campaña, busca la perpetuidad, encubriendo su inactividad a través de noticias populares que cieguen a la opinión pública respecto a su trabajo real y concreto.

Tal como debe ponerse la vara alta en cuanto a los candidatos a constituyentes, lo mismo debiese hacerse con los otros cargos de elección popular, eligiéndose a los candidatos por sus reales aptitudes profesionales, en orden a que sean un aporte al debate y a la promulgación de leyes justas, que sepan defender sus ideas sin tanto asesor, y sobretodo poniendo el interés de la comunidad a la que representan por sobre sus intereses personales y económicos.

¿Sería tan atractivo el ejercicio de estos cargos si no fueran remunerados? ¿Habrán candidatos dispuestos a ceder parte de su dieta a obras sociales, demostrando así su compromiso con la comunidad y no con el beneficio propio?

Sé que los hay. Lamentablemente estas posturas son anuladas rápidamente, ya que no son bien vistas por quienes buscan precisamente el beneficio. Sería interesante poder conocer la postura de los candidatos respecto a las exorbitantes rentas que percibirán de ser electos y si estiman que es una justa retribución a su trabajo o por el contrario, debiese reducirse por ser contraria a la realidad que se vive en nuestro país.