INE acaba de publicar el Boletín de empleo del trimestre móvil noviembre-enero. A nivel nacional, la tasa de desempleo de 10,2% entre el período noviembre enero tuvo una leve baja comparado al año anterior y no se debe pasar por alto que la tasa de desocupación anual promedio entre 2019 y 2020 fue de 10,7% lo que en líneas generales muestra un mercado laboral completamente congelado con casi un millón de personas desempleadas.

Pero esta cifra esta subdimensionada, ya que existe otro millón de personas que salieron de la fuerza laboral forzadas por las restricciones a la PYMES, aplicadas debido a la pandemia. La realidad es que hoy, el desempleo real en Chile está sobre el 18% y tenemos un 25,6% de tasa de ocupación informal, lo que habla de un mercado laboral absolutamente precario y débil, para casi la mitad de los chilenos.

Por ello al Gobierno le urge comenzar lo antes posible las clases presenciales en marzo, puesto que los padres (especialmente las mujeres) no pueden volver a trabajar si lo quieran, dado que deben estar al cuidado de niños aún en casa.

A pesar de las falacias evidentes del Ministro de salud, que este mes aseguró que “Los niños transmiten muy poco el coronavirus…” (columna aparte que un médico y Ministro asegure algo que la evidencia científica a desmentido o al menos a la fecha no puede asegurar), intentando apoyar al Ministro de Educación en su pretensión de comenzar en marzo las clases presenciales, se ve poco probable, sino será más bien, en los meses de mayo o quizás el segundo semestre, cuando hayamos alcanzado un nivel de vacunación masivo en la población y los escolares no actúen como vectores e trasmisión en caso de su retorno presencial. Si a eso se le adiciona un gremio de profesores completamente instrumentalizado por sectores de extrema izquierda, que buscan el fracaso de cualquier iniciativa de un gobierno de derecha, el retorno presencial en marzo no se concretará

A nivel regional, las cifras son un símil de lo que ocurre a nivel nacional, poseemos una a tasa de desocupación del 5,5%, estando casi 2 puntos porcentuales sobre la misma medida del 2019. La tasa de ocupación informal llegó al 18,8%.

Lo preocupante es como se ha comportado la fuerza de trabajo o mejor dicho la pérdida de esta. Mientras el año 2019 existían casi 90 mil magallánicos en la fuerza laboral, hoy apenas alcanzan a ser cerca de 77 mil. La disminución se debe principalmente a la salida de mujeres, que no pueden optar a un trabajo formal (de ahí la premura de regresar a clases presenciales).

De esta forma si a los 13 mil magallánicos que “salieron de la fuerza de trabajo” se le suman los cerca de 5 mil, que están desocupados: tenemos cerca de 18 mil Magallánicos sin poder trabajar, lo que es casi un 24% de desocupación real: ¡1 DE CADA 4 MAGALLÁNICOS, ESTÁ SIN EMPLEO!

Conclusión: debemos reactivar los sectores de servicios, turismo y comercio a la brevedad. No puede ser que podamos estar horas en aviones o buses, encerrados como lata de sardinas y eso no sea un riesgo sanitario, pero si es un riesgo: restaurantes o aforos mayores en el comercio.

Las PYMES no piden ayudas, piden: poder trabajar con normalidad, a full capacidad y dar el empleo que más de un millón de chilenos y 18 mil magallánicos necesitan con urgencia.

El Ministro de Salud, no puede seguir manejando las políticas económicas del país, ya es hora que el Ministro de Economía retome el trabajo que tiene botado desde marzo del 2020.