Con las manos esposadas y el pelo enmarañado tras una noche en los calabozos de la comisaría, Osvaldo Pérez Valencia, escuchó la medida cautelar más estricta que se le puede imponer a un imputado: prisión preventiva, por constituir un peligro para la sociedad.
El sujeto –que cumple con arresto domiciliario nocturno por otra causa– fue detenido por un hurto simple en el Lider de avenida Frei Montalva. Sin embargo, el tribunal ordenó que fuese enviado a la cárcel por su nutrido prontuario policial.
“Superó la cuota posible para penas en libertad”
Alrededor de las 15:40 horas, Osvaldo Pérez Valencia fue controlado por los guardias de seguridad del supermercado. Según los antecedentes de la fiscalía, fue sorprendido robando productos alimenticios y ropa, los que están avaluados en casi 80 mil pesos.
Los guardias llamaron a Carabineros, quienes procedieron a la detención y al traslado del imputado a la Primera Comisaría de Punta Arenas.
Tras pasar la noche en las celdas del cuartel, se conectó ayer por vía telemática al tribunal. En su control de detención, el Ministerio Público le imputó el delito de hurto simple y le hizo un ofrecimiento: si admitía su responsabilidad en los hechos, rebajaría las penas que contempla la ley a 300 días de cárcel y una multa de 5 UTM.
Por consejo de su abogado, el imputado rechazó la propuesta y decidió ir a un juicio oral.
Ante la negativa, la fiscalía hizo otra propuesta, pero esta vez al tribunal: enviar al detenido al Complejo Penitenciario de Punta Arenas mientras dure su procedimiento por hurto.
Pérez Valencia tiene dos condenas de pena remitida por hurto simple y robo por sorpresa que cometió el 2018 en la Quinta Región.
Después viajó a Magallanes y, en Puerto Natales, fue condenado dos veces por hurto. Nuevamente, el tribunal remitió la pena carcelaria por la libertad vigilada.
En Punta Arenas, el sujeto fue condenado por lesiones menos graves. En mayo del 2020, tuvo otra sentencia por robo con sorpresa y amenazas no condicionales. En esa oportunidad, el juzgado de garantía determinó que cumpliese con arresto domiciliario nocturno durante 600 días.
Además de su nutrido prontuario, el imputado es requerido por el los juzgados de Villa Alemana y Puerto Natales. Ambos tribunales emitieron una orden de detención en su contra por los delitos de receptación y robo por sorpresa.
“Consideramos que el imputado es un peligro para la seguridad de la sociedad y también porque existe a su respecto peligro de fuga”, dijo la fiscal Wendoline Acuña. “Con todas estas condenas previas, ya superó la cuota posible que le permita ser candidato a penas en libertad”, añadió.
La defensa, a cargo del abogado Guillermo Ibacache, estimó que la prisión preventiva era una medida cautelar excesiva. Además, solicitó que el tribunal considerase la prestación de servicios a la comunidad.
“No podemos olvidar que este sigue siendo un delito de hurto simple. En el peor de los casos puede quedar en esa opción”, dijo.
Tras escuchar a las dos partes, el juez Juan Villa se inclinó por la posición de la fiscalía y decidió enviarlo a la cárcel.
“(Las penas sustitutivas) se han evidenciado como ineficaces para lograr el fin disuasivo propio de toda sanción penal. Además, la fiscalía ha invocado en las condenas que se leen una agravante de reincidencia”, dijo el magistrado.