Víctor Tureuna Soto está recluido en el Complejo Penitenciario de Punta Arenas desde el 12 de enero. Cumple con prisión preventiva por presuntamente agredir a dos personas con un fierro en la salida de un almacén hace casi tres años.
Una de las víctimas fue trasladada al hospital en riesgo vital. Tuvo una fractura craneal, perdió masa encefálica y –de acuerdo a los antecedentes de la formalización– quedó con daños permanentes. Actualmente la Fiscalía investiga los hechos como un homicidio frustrado.
El abogado defensor Pablo Santander solicitó que se revisara la prisión preventiva que cumple su representado hace casi tres meses. Para convencer al juez de que cambiase la medida cautelar a arresto domiciliario total, solicitó que se escuchara a Tureuna Soto. “Las cosas no suceden porque sí”, dijo el defensor.
“Voy a tratar de pararlos”
Carpintero de profesión, el imputado relató que llegó a su casa del trabajo y se fue junto a su pareja al restaurante Los Panchos, en Barrio Prat. Ahí habría comenzado el altercado con las futuras víctimas.
Cuando salió del local para fumar un cigarro, dice que se acercó su polola: “Estaba mi pareja con cara de pánico. Atrás de ella venían los dos sujetos exigiéndole plata y macheteando”.
En su testimonio, el sujeto dice que intentaron agredirlos. Por ello, fueron al almacén Evita, a media cuadra del restaurante, para refugiarse. Tras comprar unos cigarrillos y cerveza, dice que los supuestos hostigadores seguían afuera del local.
En ese momento, Tureuna Soto tomó una decisión. “Visualicé un fierro que estaba ahí. Le dije a mi pareja ‘sabís qué, voy a abrir la puerta, tú corre. Voy a tratar de pararlos’”, dijo al juez.
El fierro referido por el imputado es aquel que se utiliza para cerrar la reja de los locales. Con ese objeto contundente golpeó a las dos víctimas en diversas partes del cuerpo. Una de ellas fue agredida en la cabeza y sobrevivió tras ser intervenida quirúrgicamente.
“Solamente traté de defender la integridad de mi pareja y salvar la mía. Ellos estaban en estado de ebriedad y tampoco sabía con qué intenciones estaban”, señaló.
Seguirá en la cárcel
Concluido el relato, el abogado Pablo Santander solicitó al tribunal que impusiese el arresto domiciliario total en lugar de la cárcel. A su juicio, el hostigamiento que habría sufrido su representado podía ser considerado un robo con intimidación, pues le pedían dinero.
Sin embargo, el juez Cristián Armijo rechazó la solicitud. Incluso, señaló que el testimonio era valioso debido a que despejaba dudas respecto a la autoría del delito. “Dentro de esta declaración, lo más coincidente con otros medios de pruebas es lo que tiene que ver con su participación en las acciones que realizó respecto de las víctimas”, manifestó.