20 de abril de 2024
El tiempo - Tutiempo.net

Avenida España #959
61 2 292900

Súmate a nuestras redes sociales

Ediciones Anteriores

Buscador de noticias

RECIBE GRATIS

Diario El Pingüino todos los días donde quieras.
Lo último de nuestras redes sociales
Columna de opinión

Esperanzados, no confiados

opinion
29/07/2021 a las 18:34
Pablo Oyarzo
1130

Raúl Caamaño Matamala, Profesor universitario

Esperanzados. De esperanzas se vive. Mientras, se vive, se vive simplemente, y en el caso de no pocos, se sobrevive, sobreviven, y el futuro inmediato y mediato no es muy auspicioso, hay más zozobra e incertidumbres que seguridades, ¡ah!, y es a nivel planetario, porsiaca. Y si hablamos de esperanza, esta tiene que ver con esperar, esperar en el tiempo y en el espacio, mientras se vive, vivimos. La esperanza es vacilante, ambigua, irresoluta, va y viene, se tiene y no.

A su vez, la confianza más se relaciona con la certeza de que algo que queremos suceda, o sucederá. La confianza se cimienta en la acción, se constata en la interacción o las interacciones, se edifica, se construye en las relaciones humanas.

Hoy por hoy, entre otras situaciones, o como es costumbre, esperamos que algo suceda para bien de todos y cada uno, por ejemplo, que el coronavirus se aquiete, se agazape, y que la pandemia comience a mostrar mejores caras. Estamos esperanzados en ello, pero estar confiados, más bien no. ¿Por qué? Porque al observar el comportamiento de unos y de otros, y al reflejarse este en estados inseguros, estados que no se afirman por acción y reacción de la conducta de todos, de muchos, de unos más que de otros, la confianza no se establece, no se sosiega, no se fortalece.

Y siguiendo con la pandemia, conforme se inició la vacunación anti-Covid-19 en nuestro país, con más o menos efectismo, poco a poco advertimos en los datos macro que la población que ha sido inoculada ha evidenciado señales de que en sí es menos afecta a trastornos por el virus. Y se avanza en la inoculación de mayores segmentos de la población, así, ya a fines de mayo se proyectaba alcanzar a la generación de los veinte años. Aun así, ya se los digo, más vale esperanzados que confiados.

No pocos ya hemos sido testigos de adecuaciones, de mejoras, y por cierto hemos de dar testimonio de ello. No todo es maleficio, no todo ha de ser maledicencia, no todo es mal, daño, perjuicio; y si algo nos afecta, hemos de advertirlo primero, y ocuparnos de ello, de modo tal que busquemos el acomodo, el nuevo estado. El advertir implica saber qué nos causa daño, qué nos afecta, cómo sucedió ello, qué hice, qué no hice, lo esperaba, no lo esperaba, se veía venir,... Estas y muchas interrogantes nos acucian, algunas con respuesta inmediata o conocida, y otras no.

Y ya a mediados de julio, gran parte del país transita a fases de preparación, condiciones que nos atingen a unos, de modo más significativo, y a otros, porque su implicancia es lejana o de menor trascendencia. Esta nueva etapa la asumimos esperanzados, con timidez, con interés, pero lejos de que nuestro ánimo sea pleno de confianza.

Los retornos a espacios, sea salas de clases, laboratorios, aulas, salones, oficinas, pasillos, salas de reuniones, aulas magnas, y su uso reducido o con aforos disminuidos, ciertamente inspiran algo de incertidumbre; las actividades profesionales o académicas en modalidades mixtas o híbridas, también trazan esbozos nuevos, similares o tales como fueron los de virtualidad abrupta de mediados de marzo de 2020. Ánimo, sí, incertidumbre, también, mas no plena confianza en algo variable, aleatorio, contingente, aun incierto.

En suma, esperanzados, no confiados.

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios, apelando al respeto entre los usuarios y desligándose por completo del contenido de los comentarios emitidos.

Comentarios


Publicidad