La agresión por la que fue sentenciado ocurrió el 23 de julio del 2020. Cerca del mediodía, el acusado se enfrascó en una discusión con su hermana –que tenía 45 años al momento de los hechos– hasta que perdió el control. Según la acusación, le propinó un golpe con un objeto contundente en el rostro, provocando que la mujer perdiese el equilibrio y cayese al piso.
La afectada resultó con una fractura de sus huesos nasales y contusiones en su boca. Según la sentencia, “fluye natural e inequívocamente” que las heridas “existieron y fueron resultado de la agresión que fue objeto”.
Para acreditar el delito, los jueces consideraron el relato de la víctima y de dos funcionarios policiales que testificaron en estrados. También atendieron las fichas clínicas del Hospital Clínico de Magallanes.
Al condenado –que ha cumplido con arraigo regional y prohibición de acercamiento desde el control de su detención– le abonaron los tres días que ya ha estado privado de libertad por la causa. Además, le impusieron la prohibición de acercarse a su hermana durante dos años y la obligación de asistir a una terapia para el control de impulsos.