Soy de aquellas personas que, a Dios Gracias, son partidarias de no ocultar la luz del sol con un dedo, o con una mano, menos la izquierda.

Pero lo que está ocurriendo en nuestro Chile, Magallanes incluido, permite afirmar que en el cielo de la Patria priman las negras nubes de la decepción, la rabia y la angustia de millones de chilenos y eso molesta, inquieta y crea un sentimiento de rabia que cuesta controlar porque duele y mucho.

En Magallanes esas nubes negras se materializan en el peor de los asesinatos de los últimos tiempos porque un tío, con dos muertos y numerosos otros delitos a cuestas, y un sobrino, dieron muerte y desmembraron a un joven estudiante universitario, hijo de una familia modesta, pero esforzada y con visión de un futuro mejor para la víctima.

La creciente violencia y agresividad de numerosas personas contra otras que tuvieron la mala suerte de cruzarse en sus caminos, también angustia porque mañana puedo ser yo o usted o alguien de su familia que, cada lunes, comparte esta columna de opinión.

También mete basuras en el ánimo que el consumo de drogas, las livianas y las otras, pero drogas al fin de cuentas, haya aumentado tanto en el último tiempo y más de un traficante haya quedado sólo con medidas cautelares como “arresto domiciliario”, dejando en mal pie a los oficiales de la PDI y de Carabineros que investigan, vigilan y ponen en manos de los tribunales, a los responsables de esos actos ilícitos y, para mí, criminales.

Se hacen muchos esfuerzos “de boqui”, diría un español porque si todas las medidas anunciadas llegaran a concretarse en hechos concretos, el panorama sería muy distinto… pero no es así.

Y para qué meter el dedo en la llaga de un gobierno inepto, ocupado de asuntos que no son la prioridad ciudadana, como por ejemplo, la inseguridad ciudadana, la inflación, la delincuencia y el narco tráfico desatados y dotados de armamento automático, las demoras en las atenciones hospitalarias, con decenas de muertes porque esos pacientes no alcanzaron a recibir la atención oportuna que su salud requería… y toda esa problemática no se supera con miserables aumentos en las pensiones de nuestros adultos mayores, ni con todas las PGU que se difunden ni tampoco con los 300, sí, trescientos pesos per cápita en la salud primaria.

Pero esas nubes no deben ocultar el sol de la Esperanza de que Chile y Magallanes retomarán el paso hacia el desarrollo integral, es decir, económico y social y ese viento aventará esas nubes negras y, más pronto que tarde, hará lo propio con quienes ofrecieron tanto para hacerse del poder y no han cumplido ni con lo mínimo, excepto acomodar a sus conmilitones en el aparato estatal con millonarios ingresos.

Pero todos sabemos que las nubes, por muy negras y amenazadoras que se vean, son pasajeras…