El Papa León XIV hizo un llamado este domingo por una paz “justa” y “duradera” en Ucrania así como un alto al fuego en Gaza y la liberación de los rehenes en este conflicto, como parte de un llamado general a “los grandes del mundo” a detener las guerras.
El pontífice nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano encabezó la oración del Regina Coeli desde el balcón de la Plaza San Pedro, que tradicionalmente sirve de ventana a los pontífices para abordar temas de interés mundial.
León XIV (de nombre secular Robert Prevost) hizo su segunda aparición ante decenas de miles de fieles desde que fue elegido para dirigir la Iglesia católica el jueves pasado.
“Nunca más la guerra”
El Papa se refirió al escenario de una “tercera guerra mundial fragmentada como dijo repetidamente el Papa Francisco”.
“Me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre presente: nunca más la guerra”, expresó. “Llevo en el corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano”, a la vez que urgió a que “se hagan todos los esfuerzos posibles para alcanzar una paz verdadera, justa y duradera”.
El mensaje llega poco después de que el presidente ruso Vladimir Putin propusiera negociaciones directas con Ucrania el 15 de mayo, sin comprometerse al ultimátum de un alto al fuego de 30 días incondicional planteado por los dirigentes europeos con el respaldo de Estados Unidos.
El Papa dijo además que estaba “profundamente entristecido por lo que ha sucedido en la Franja de Gaza” y pidió un “cese al fuego inmediato”.
“Ofrezcamos ayuda humanitaria a la población civil” y “liberemos a todos los rehenes”, siguió. El ejército israelí reanudó el 18 de marzo su ofensiva contra el movimiento terrorista palestino Hamás en Gaza después de una tregua de dos meses.
León saludó además el alto al fuego entre India y Pakistán. “Espero que en las próximas negociaciones podamos llegar a un acuerdo duradero”, manifestó.
Visita
Horas antes, elPapa León XIV fue recibido con aplausos y gritos de “Viva el Papa” de los presentes en el templo antes de arrodillarse y rezar en silencio antes la tumba de Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años.
A su regreso de Genazzano, el vehículo en el que viajaba el papa entró en el recinto de la basílica a través de una entrada lateral, protegida por una verja, y después Robert Prevost se desplazó al interior, donde una banda tocó el himno pontificio, según las mismas fuentes.
La visita de León XIV a la tumba de Francisco se produce después de que esta mañana, en un encuentro con los cardenales que le eligieron el pasado jueves como nuevo pontífice, les instase a seguir la “valiosa herencia” de Francisco y subrayase la importancia del “cuidado amoroso de los débiles” y el diálogo “valiente”.
Tras la reunión con los cardenales, el Papa visitó el santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, donde fue ovacionado por cientos de personas que se mostraron muy “emocionados”.
El pontífice llegó poco después de las 16:00 hora local (14.00 GMT) para “una visita privada” al santuario, que está “regentado por los religiosos de la Orden de San Agustín” y “alberga una antigua imagen de la Virgen, querida por la Orden y por la memoria de León XIII”, indicó la oficina de prensa de la Santa Sede.
“Tras la festiva acogida por parte de varios cientos de personas reunidas en la plaza frente al santuario, el Papa entró en la iglesia, donde saludó a los religiosos y se detuvo a rezar, primero delante del altar y luego de la imagen de la Virgen, donde con los presentes recitó la oración de Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo”, se añade en una nota.
Después de recitar el Ave María y cantar la Salve Regina, León XIV “se dirigió a los presentes en la iglesia, saludándolos a ellos y a los genazzanos reunidos fuera” y les dedicó estas palabras: “He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro”.
Tras recordar “la visita realizada tras su elección como Prior General de la Orden de San Agustín, y la elección de “ofrecer la propia vida a la Iglesia”, el Papa reiteró su “confianza en la Madre del Buen Consejo”, compañía de “luz, de sabiduría” con las palabras que María dirigió a los sirvientes el día de las bodas de Caná, narradas en el Evangelio de Juan: “Haced lo que Él os diga”.
El Papa mantuvo después “un encuentro privado” con la comunidad del santuario y luego desde la puerta de la basílica saludó y bendijo a todos los presentes, explicó el Vaticano.
No es la primera vez que Prevost visita al santuario, pues lo ha hecho después de cada nombramiento importante, como cuando fue elegido prior de los agustinos, obispo, cardenal y Papa.