La  noche del jueves, el comerciante Pedro Andrade, propietario de la Panadería Oriente, retornaba de hacer unas compras para su local, cuando se percató que en la construcción que está realizando,  aledaña a su vivienda y almacén, había un grupo de personas que sacaban ladrillos para jugar.

Los jóvenes, que no superaban los 25 años, fueron encarados por el comerciante, quien les solicitó que dejen los ladrillos en el lugar, lo que ofuscó a los sujetos, quienes se abalanzaron en su contra, propinándole golpes de pie y puño. La golpiza llegó a tal grado de violencia, que  uno de los sujetos le dio con uno de los ladrillos en la cabeza.

Una mujer se percató de lo ocurrido y solicitó ayuda al interior del local, saliendo a socorrer algunas de las trabajadoras, además de un vecino, quienes intentaron interceder en el hecho. Tras ello, los sujetos huyeron del lugar.

Producto de las heridas recibidas por Pedro Andrade,  debió realizar reposo y permanecer con un parche en la cabeza, como parte de su tratamiento.

Gentilmente accedió a conversar con Diario El Pingüino, señalando que “yo les dije que se calmen que no era para tanto y la Paty vio que la gente me estaba pegando y salieron las chicas que trabajan conmigo y otro vecino y por eso me salvé. Ellos son vecinos, vienen a comprar y los conozco desde hace años, llevo 20 años con el negocio y a ellos los conozco de pequeños. En ningún momento trataron de quitarme algo pero sólo querían pegarme como para matarme porque estaban con mucha agresividad y eso que me conocen. Con un ladrillo me pegaron y me hicieron como cinco puntos”, dijo la víctima.

De acuerdo a los antecedentes aportados por  vecinos, los autores de la agresión serían integrantes de una pandilla, que recorre la Villa Alfredo Lorca y la Población Ríos Patagónicos, apodados “Los Chamacos”,  integrada por hombres y mujeres.

La denuncia fue recibida por personal de Carabineros, quienes dieron cuenta del hecho a la Fiscalía, no registrándose detenidos hasta el cierre de la presente edición. Cabe indicar que el propietario descartó que se haya tratado de un asalto.