En esta reunión, se les dio a conocer que el lugar -ubicado en la provincia de Última Esperanza, al sur del Golfo de Penas- será postulado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La comitiva de 41 personas informó sobre el hallazgo de dos cuevas con signos haber sido habitadas por indígenas (pintura rupestre, restos de fogata), además del descubrimiento de una especie crustácea con características cavernícolas llamada troglobia, ejemplar muy difícil de encontrar en la región.
La ministra Palma valoró los descubrimientos arqueológicos encontrados en Magallanes: “Chile tiene muy pocos sitios inscritos en la lista de patrimonio mundial y casi todos tienen un componente básicamente cultural, y en este caso estamos frente a un sitio que tiene relevancia desde el punto de vista de la historia de la conformación geológica, que podría entregar datos del cambio climático y el asentamiento de comunidades del extremo sur del mundo”.
La expedición estuvo financiada por Centre Terre, fundación francesa que trabaja en conjunto con investigadores y paleontólogos chilenos en la búsqueda de asentamientos humanos y especies naturales.
El trabajo de esta comitiva estuvo centrado en la parte norte del archipiélago, considerando el sector de seno Barros Luco y el canal Trinidad, zona dífícil de explorar, para lo cual se transportaron 96 metros cúbicos y 35 toneladas de material.
“A pesar de las difíciles condiciones de progresión por un terreno muy accidentado, se establecieron cuatro campamentos avanzados en distintos puntos de la zona de exploración”, contó Bernard Tourte, presidente de Centre Terre.