Acompañados de varios canquenes comunes que aprovecharon el día de ayer para descansar en el santuario ambiental, el Gobierno Regional (GORE) de Magallanes y la Universidad de Magallanes firmaron el contrato de trabajo para el Estudio Básico “Análisis de Condiciones Ambientales e Hídricas del Humedal Tres Puentes”, que permitirá conocer el comportamiento de las aguas del lugar, además de analizar soluciones para el problema hídrico que esta tiene.
A diez años del compromiso que adquiriera el Estado para salvaguardar el ecosistema del humedal, autoridades involucradas en el ámbito público y académico firmaron frente a las aguas del humedal junto a representantes de la Agrupación Ecológica Patagónica, quienes llevan una década dedicándose a la labor de investigar y proteger a la flora y fauna del lugar.
La firma se realiza luego de los intentos por llevar adelante la licitación pública (que en primera instancia se declaró desierta), finalmente la universidad estatal será la encargada de hacer el estudio hidrológico e hidrogeológico, el cual tendrá un período de 240 días y tendrá un costo de 91 millones de pesos.
Ricardo Foretich, jefe de División de Desarrollo Regional del GORE, quien está actualmente a cargo de este proyecto, manifestó que “esto permitirá saber el comportamiento de las aguas superficiales y subterráneas de la cuenca del humedal, caracterizarlas físico y químicamente, y además conocer la riqueza de los suelos”.
La gobernadora de Magallanes, Paola Fernández, también hizo eco del ambiente festivo por el contrato suscrito entre la autoridad y la entidad universitaria: “Es una tremenda satisfacción el poder aportar a través del trabajo intersectorial con la visibilización de estos temas. Lo importancia que tiene esto es que luego, la planificación de infraestructuras o de obras que se puedan hacer en este sector no impidan la protección”, declaró.
Por su parte, el seremi de Bienes Nacionales, Víctor Igor, también tuvo palabras sobre esta firma, afirmando que “tenemos considerado un plano de 45 hectáreas que también incluye terreno privado para el estudio de la cuenca hidrográfica que tenemos en este terreno. De alguna manera nos hacemos cargo de preservar las condiciones de vida para las futuras generaciones”.
Por su parte, el rector de la Universidad de Magallanes, Juan Oyarzo, expresó que “el estudio lo llevará el grupo GEA del Instituto de la Patagonia, la idea es que en ocho meses se puedan entregar los datos oficiales de este trabajo y cómo se enfrentan los desafíos para mantenerlo (el humedal) en vigencia”, dijo la autoridad académica.
En tanto, el presidente de la Agrupación Ecológica Patagónica, Humberto Gómez, agradeció que finalmente se realizara este estudio en el humedal, luego de que la organización se dedicara 10 años a levantar estudios por su cuenta: “Necesitamos aprender a entender el concepto de reserva natural urbana, que dice relación con una pérdida del hábitat que sufrimos actualmente en todo el país. Crecer no es tapar irresponsablemente todo con cemento, claramente un humedal necesita de agua para que las aves y el ecosistema que resguarda sobreviva” dijo a raíz de la crisis hídrica que tiene actualmente la zona.
Los más felices con la noticia fueron no obstante, los niños pertenecientes al grupo ‘Forjadores Ambientales’ del colegio Villa Las Nieves, quienes expusieron una muestra fotográfica con el trabajo que han realizado en conjunto con la Agrupación Ecológica Patagónica.
Valentina Cárcamo, de 10 años, llegó hace poco al grupo de niños que se encarga de cuidar el humedal, manifestando que “estamos haciendo todo lo posible para que este humedal no se vaya, para que nuestros hijos, en un futuro, puedan ver lo hermoso que es este humedal”, contó con orgullo.
Calle Retiro
En tanto, el intendente regional Jorge Flies manifestó en el discurso de ayer una posible intención de cerrar la calle Retiro, la cual se ubica a sólo metros del santuario ambiental, que ha sido un “permanente dolor de cabeza” para el humedal, según palabras de Gómez.
El experto asegura que es una de las problemáticas que aún quedan por zanjar: ““En este pasaje hemos encontrado de todo, desde pollos putrefactos que la gente va a botar hasta refrigeradores, lavadoras, neumáticos de todo tipo, aceites, baterías, entre otros desechos altamente tóxicos. Este camino es el vertedero de la reserva natural urbana”, enfatizó Gómez.