Como muchas de las costumbres
adoptadas de este lado del país, la Argentina parece ser la proveedora de esta
singular y atractiva forma de preparar la tradicional carne asada para
conmemorar las Fiestas Patrias en Magallanes.
El “chulengo”, ese particular
artículo de metal destinado a ser el centro de atracción durante cada
festividad y que tanto identifica a los parrilleros patagónicos, podría ser
otro de los tantos aportes realizados por el país vecino a nuestras propias
tradiciones.
Homenaje a la cría del guanaco de
la pampa por su similitud en el aspecto robusto en su centro y delgado en sus
patas, el “chulengo”, es la forma en que los habitantes de la región austral se
sienten más cómodos al momento de asar carne.
Se dice que fueron los
trabajadores del carbón, del otro lado de la frontera, quienes, en busca de
hacer un tradicional asado en medio de la pausa en sus sacrificadas labores,
debieron apelar a la creatividad para evitar el duro clima del sur.
En el intento por esquivar la
adversidad, habría surgido el famoso “chulengo”.
Un tambor de aceite de 200 litros
en desuso, cortado al medio y unido luego mediante bisagras a modo de tapa,
sumado a un caño para el humo, es la materia prima básica para elaborar un
“chulengo”. La gracia, los poderosos vientos de la Patagonia resultan estériles
en su intento por penetrar y lograr apagar el fuego y demorar la cocción de la
carne.
Y no podría ser de otra manera.
Cualquier otra forma para disfrutar al aire libre de un buen asado, sería casi
una odisea si no se contara con las precauciones necesarias para evitar aguar
el momento.
Seguridad para evitar que se
escape el fuego, disminución en el tiempo para cocinar y ahorro de carbón, son
algunos de sus beneficios.
Para los nortinos resulta toda
una novedad el compartir un asado de cordero, vacuno o cerdo al interior de
este original invento.
El paso del tiempo ha dado lugar
a su sofisticación, logrando ser posible encontrar chulengos con ruedas, tabla
para cortar la carne, otra para mantener la que espera en calma su turno sobre
las brasas, canaletas por donde escurre la grasa de la carne que luego termina
depositada en un recipiente metálico, entre otras mejoras.
Más allá de todas las propiedades
y alegrías que puede provocar asar en un “chulengo”, existe quienes se rehusan
a abandonar la clásica parrilla.
Diferentes tamaños, altura y
soportes, portátil, con patas, a gas o carbón, en quincho o al aire libre, la
parrilla nunca pasa de moda y los que la prefieren, aseguran que el sabor que
entrega a las carnes es inigualable.
Entre sus ventajas, destaca la
posibilidad de controlar de mejor manera la temperatura e intensidad del fuego,
y lo que es mejor, permite observar en todo momento como va quedando el asado.
Frente a una parrilla, cualquier
espacio es bueno para un asado; para esto, sólo hace falta ella, la parrilla,
la carne y el fuego por supuesto.
Al aire libre, el clima puede
jugar una mala pasada, y aquí pierde algunos puntos la tradicional parrilla,
aunque gana en que dependiendo de su tamaño, puede llevarse a cualquier lugar.
Volviendo al chulengo y siguiendo
a nuestro chef asesor Sergio Matus (Restaurante El Bote en Puerto Natales), importante
es alcanzar “el calor óptimo que permita conservar el sabor original de los
alimentos al igual que su aroma”.
DEL FUEGO
No hay asado sin fuego, por eso
es importante “recolectar buenas maderas. Debemos saber también que todas las
maderas tienen diferentes aromas y que al momento de cocinar con ellas nos
darán diferentes sabores a nuestras preparaciones, pero también hay que tener
cuidado al momento de recolectarlas ya que las maderas contienen resinas, es
por ello que debemos utilizar maderas de
árboles que ya estén caídos, viejos y secos y que lleven tiempo llorando la resina, porque al
momento de utilizarlas el exceso de ella podría afectar y darnos mal sabor”,
recomienda el cocinero
Acto seguido, “debemos quemar
bastante leña seca utilizando astillas y papel para originar el fuego, pero sin
utilizar acelerantes y quemarla bien hasta obtener brasas bien rojas y sin
llamas para que no se nos queme el asado, una técnica para saber si está
apropiado en temperatura el chulengo es utilizar la palma de la mano como
termómetro”, aconseja Matus y agrega que “un buen asador utiliza prácticamente
todos los sentidos al momento de cocinar y debe estar atento tanto con la
vista, el olfato, el tacto y el gusto, es prácticamente una ciencia en donde se
desarrollan y despiertan los sentidos”.
Como tercer paso debemos poner la
parrilla limpia a las brasas y esperar a que esté bien caliente ya que si no lo
está, los alimentos tienden a pegarse y no los podremos retirar o dar vuelta
con facilidad ademas de no poder grillarlos y darle esas marcas de la parrilla
al asado que nos darán ese aspecto estilizado que queremos lograr.
A PUNTO
Cómo preparar el mejor asado, son
muchas las técnicas y en esta oportunidad el chef Matus aconseja una cocción
lenta “para que los músculos no se tensen y la carne quede muy jugosa”.
“La carne de ave, conviene
salarla durante la noche anterior, no así las de vacuno, cerdo u ovinos, estas
se salan al momento de tirarlas a la parrilla. Otra técnica es utilizar sal
gruesa debido a que no penetra con tanta facilidad como la sal fina”,
recomienda nuestro experto y sugiere además que “no debemos retirar en exceso
la grasa, ya que ellas entregarán el dorado, aroma y sabor”.
Entre las recomendaciones del
chef, se encuentran: no consumir las carnes demasiado cocidas porque tienden a
quedar secas, duras y pierden sus propiedades; para evitar que la carne se
encoja debemos hacer un corte superficial en la membrana muscular; evitar
adobos para carne, con la sal es suficiente; las carnes sin materia grasa debe
refrescarse con aceite y la ayuda de una brocha; la sal gruesa debe aplicarse
antes de llevarla a la parrilla para que absorba sólo lo necesario; al comprar
carne el aspecto debe se marmolado, es decir que allá fibras grasas dentro de
los músculos esto le otorga sabor a las carnes y jugosidad; los cortes en las
carnes deben hacerse transversales para que sea mas blanda; la carne nunca debe
cocinarse congelada ya que podría quedar cruda en el centro; la carne sólo debe
darse vuelta sobre la parrilla una sola vez por lado ya que con demasiadas
vueltas tiende a perder demasiados jugos y quedarían mal logradas.
Independiente de los gustos y
preferencias, los asados no van a discriminar en el soporte y seguramente serán
el centro de atracción culinario en estas nuevas celebraciones de Fiestas
Patrias en el extremo sur, que junto a los desfiles, fondas, ramadas y zapateos
de cueca, darán vida y color a septiembre.
Cortes y tipos de carne para
chulengo:
Costillar de cerdo: cocinar a fuego muy bajo y bien cocido
Plateada de cerdo: cocinar a fuego bajo y a punto
Lomo de vacuno o bife de chorizo: para termino medio de 6 a 7
minutos por lado a baja temperatura.
Sobre-costilla de vacuno: a muy baja temperatura y consumirlo a
punto
Costillas de cordero: a media temperatura y consumirlo a punto
Pierna de cordero: a muy baja temperatura y consumirla a punto
Piernas de ave: a muy baja temperatura y consumirla bien cocida
Pechuga de ave sin hueso y con piel: a baja temperatura bien cocida