Duras acusaciones en contra de la jerarquía de la Iglesia Católica, a nivel nacional y regional, por su actuación frente al caso Harex, fueron puestas a disposición del enviado papal Charles Scicluna, por el abogado Marcelo Vargas.
El
profesional representa a un importante número de víctimas de abuso
sexual por parte del sacerdote Rimsky Rojas tanto en Valdivia como en
Magallanes.
Vargas afirmó que la jerarquía católica, específicamente, los superiores de la Congregación Salesiana, hicieron caso omiso de las denuncias de abuso sexual en contra de Rimsky Rojas ocurridas en Valdivia antes de su llegada a Punta Arenas, donde hasta ahora se conoce de cuatro denuncias de abusos sexuales y la desaparición de Ricardo Harex, de la cual también se le acusa como el principal responsable.
Vargas
acusó al actual obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, provincial de
la Congregación Salesiana entre 2000 y 2006, de no tomar las medidas
necesarias que habrían evitado los abusos cometidos por el sacerdote en
Punta Arenas e, inclusive tal vez, la desaparición de Ricardo Harex.
“Los provinciales de la congregación salesiana durante la permanencia de Rimsky Rojas sabían de sus conductas pederastas por el testimonio de diversos seminaristas y, sin embargo, lo trasladaron de colegio en colegio, sin avisarle a las familias de la llegada de este pederasta”.
Vargas, quien también fue una de las víctimas de abuso sexual de Rimsky Rojas en Valdivia, responsabilizó también al actual arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, por esta política de encubrimiento y, especialmente, en el caso de Ricardo Harex, al entonces obispo de Magallanes, monseñor Tomás González.
Expectativas
El
abogado indicó que en su reunión con el representante de El Vaticano,
supo que la Santa Sede ya tenía conocimiento de denuncias de
encubrimiento realizadas por el arzobispo de Santiago, monseñor Ezzati.
“Esa información les fue entregada por abogados norteamericanos del Comité de Derechos del Niño en 2013 y del encubrimiento de los hechos ocurridos al interior de la Congregación Salesiana por parte de monseñor Ezzati. Y en esa denuncia había un capítulo dedicado al Caso Harex”, expresó.
Pese
a ello, indicó que el representante del Papa Francisco se mostró
sorprendido e impactado por la inoperancia de justicia en este caso. Por
ello, se mostró confiado en el compromiso que el representante vaticano
les indicó en el sentido que la Congregación de la Doctrina de la Fe
tomará las medidas que correspondan.
“Ahí esperamos que se tomen cartas en el asunto y con las nuevas directrices que ha tomado El Vaticano, se puedan tomar algunas decisiones y sanciones en contra de ellos”.
Bastres y González
El obispo de Magallanes, Bernardo Bastres, no quiso hacer ayer declaraciones al respecto.
Vargas ahondó en su responsabilidad en este asunto. “Entre 2000 y 2006, él fue provincial de la Congregación Salesiana y como tal, ubicó a Rimsky Rojas como director de un centro que atendía niños derivados del Sename, a dónde llegaban los niños más vulnerables de todos, en un acto de total irresponsabilidad”.
Agregó que una vez que Rojas estaba en una posición de poder cerca de los menores, desplegaba un “modus operandi” bien definido. “Empiezan a acercarse a las familias más vulnerables, no no los más pobres, los más vulnerables, y ante ellos son los representantes de Dios en la Tierra... Para mí, en cambio, son unos hipócritas”.
Sobre
el ex obispo de Magallanes, Tomás González, agregó que lo conoció en
Valdivia y le fue presentado precisamente por Rimsky Rojas. “Rojas era
mi profesor de Religión.
Me sacaba de la sala para que me fuera con él, a vista y paciencia de los profesores”, recordó el abogado.
De hecho, recordó que en la propia carpeta investigativa constaba que Rojas tenía como pareja un acólito, es decir, un menor de edad, de 15 años, enfatizó.
Conexión con la CNI
Agregó que también hay antecedentes que vinculan a Rojas en una relación muy cercana con un ex funcionario de la PDI vinculado a la CNI. “Fue padrino de él. En realidad, ambos estaban violando los derechos humanos. La CNI y los curas. Unos y otros sabían de las actividades de ambos”, indicó.
Grave actuar
De hecho, Vargas ya había denunciado en 2014 ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, el abuso sufrido a manos del sacerdote Rimsky Rojas y el hecho de que, pese a ello, había sido nombrado como director de un centro de menores dependiente del Sename.
Testigo protegido
Vargas no ha sido el único que ha mencionado la figura del encubrimiento en este caso. A través de un “tuit”, Sergio Jiménez, testigo protegido en el caso Harex, expresó: “Ezzati mandó al asqueroso Rimsky Rojas desde Valdivia a Punta Arenas y luego viceversa, tras la desaparición de R. Harex. Mafia pura en Valdivia de vuelta, acosado por la justicia, se suicida”.
Y añadió: “Tomás González y Bastres saben la verdad de Ricardito Harex. Mienten y argumentan secretos de confesión. Ezzati tiene las cartas que dejó el degenerado Rimsky Rojas” (sic).
Pero hay otros testimonios que apuntan en la misma dirección.
Libro
El escritor Óscar Contardo, quien escribe un libro sobre Rojas, indicó: “Rimsky Rojas tenía acusaciones de abusos desde 1986 y Ezzati lo mandó a trabajar a un centro dependiente del Sename en Puerto Montt”.
“La pregunta es: ¿Por qué el cardenal Ezzati después de los escándalos del Sename no hizo ninguna referencia pública a lo que estaba pasando con los niños pobres de Chile?”, reflexiona Contardo.
Según el escritor “la justicia canónica es una justicia corporativa, como la militar”, y por eso se pueden dar situaciones tan lamentablemente curiosas como uno donde el propio denunciado fue el encargado de seleccionar al que iba a investigar su propio caso. “La Iglesia ha sacado provecho de su poder para mantener a raya las denuncias”, concluye Contardo.
Respecto de la responsabilidad de Bernardo Bastres, indicó que pese a múltiples solicitudes de entrevista, éste nunca lo recibió.
Más antecedentes
A comienzos de este año, la organización Bishop Accountability indicó que en total son 80 los religiosos en Chile que han sido acusados por abusos: cuatro obispos, 66 sacerdotes, un diácono, dos consagrados y seis hermanos maristas.
También se suma el caso de una monja, Isabel Margarita Lagos, sor Paula, quien falleció el 2012 tras ser removida como superiora de Las Ursulinas, denunciada al Vaticano por abuso sexual contra alumnas.
Sólo en los casos donde la veracidad de las acusaciones pudo ser confirmada se registra más de un centenar de víctimas de abusos sexuales.
El listado no incluye a sacerdotes denunciados como encubridores, tampoco a quienes fueron sancionados por otras faltas, como el párroco Juan Esteban Morales, cercano a Karadima, condenado por la Iglesia por “abuso de poder”.