El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh, liberó su XVI Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, donde reveló datos sobre discriminación en relación a casos y denuncias donde se pasan a llevar las libertades y derechos de personas homosexuales, lesbianas y transexuales.
A este análisis, que abarcó todo el 2017, lo denominaron el de “la furia” debido a los constantes programas y actos que promovían el odio hacia personas LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales), como lo fue el “bus de la libertad” y campañas presidenciales como las de José Antonio Kast que se oponían a temas como la adopción homoparental o el matrimonio igualitario.
El
mismo informe destacó que a nivel nacional hubo un 45% de casos de
homofobia y transfobia hacia la comunidad y que es un hecho inédito
respecto a lo que se venía marcando.
Magallanes, en tanto, se ubica como una de las regiones donde menos casos denunciados existen: 1,2% en relación a la Región Metropolitana que alcanza un 31% y la de Valparaíso que llega a un 14% del total.
Sin
embargo, lo preocupante es que sí aumentó respecto a al comparación que
se hace con su año antecesor.
En 2016, el Movilh registró solo cuatro casos de este tipo, mientras que en 2017 la cifra aumentó a seis, igualando el mayor registro logrado en 2015, dando un alza de un 50%, según estadísticas de la agrupación.
Magallanes como ejemplo, pero con tareas pendientes
Rolando Jiménez, dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, destaca que Magallanes es una de las regiones donde menos casos se registran y eso se explicaría por la cultura que existe aquí.
“En
general de la zona de Magallanes, y particularmente la gran ciudad de
Punta Arenas, siempre ha sido mejor que el resto del sur de Chile.
Yo
creo que eso se explica porque es una ciudad con una cultura distinta.
Es una ciudad emblemática, una ciudad que recibió inmigrantes toda su
vida.
Es una ciudad puerto, también y, por lo tanto, eso provoca un cambio cultural donde la inclusión y la diversidad son más cotidianas que en otros sectores. Sin embargo, Punta Arenas y la Región no escapa al alza de los casos de discriminación en todo el país y esa alza se explica por los discursos de odio que enarbolaron candidatos presidenciales como José Antonio Kast, Manuel José Ossandón y senadores como Iván Moreira”, dice Jiménez.
Pero por otra parte, Jiménez, a todo lo bueno le suma la preocupación de no tener una filial de la agrupación en la ciudad, pese a los intentos reiterados que han existido para constituirse en la región.
“Para
que se genere una filial del Movilh u organización de diversidad sexual
tiene que haber interés de la parte de los actores locales.
Si no hay
una base mínima de personas dispuestas, hombres, mujeres, trans, no
necesariamente homosexuales, lesbianas o trans, si no hay un grupo que
encabece eso, nosotros no podemos suplantar la representatividad que
debe tener una Región en eso.
Nuestras filiales que hemos creado en
Chillán, en Concepción, en Aysén, en Talca, han surgido porque hubo
voluntad de dos, tres o hasta cinco personas de formar una filial del
Movilh.
Nosotros las hemos respaldado con todo lo que podemos y eso está funcionando muy bien. Y en Magallanes yo intenté, hace unos años atrás, con unos estudiantes, gays y lesbianas armar una filial, o sea, una organización, ni siquiera era una filial del Movilh, pero no funcionó.
Espero que en algún momento la gente de Punta Arenas despierte y se constituya con una organización. No necesariamente ligada al Movilh, ahí hay libertad absoluta, pero es vital que haya un interés básico de la gente de la ciudad para abogar por estos derechos”, aclara Jiménez.