Actualmente dos de estos inmuebles cuentan con decreto de demolición en curso, entre las que está la casa recién siniestrada en calle Arauco con Boliviana.
“La mayoría de estas casas son usadas por gente de calle, prenden fuego para calefaccionarse durante la noche o para hacer comida, por eso es tan peligroso este tipo de vivienda”, indicó el director de Operaciones de la Municipalidad, Sergio Becerra.
Con el incendio registrado la noche del domingo en una casa abandonada ubicada en calle Arauco con Boliviana, en Punta Arenas, la problemática en torno a este tipo de inmuebles encontró un lugar en la opinión pública.
En muchas ocasiones las casas que se encuentran desocupadas revisten una preocupación para los vecinos, pero poco es lo que pueden hacer al respecto. Lo mismo ocurre con las autoridades comunales, puesto que se trata de propiedades privadas que por diferentes razones han terminado deshabitadas, pero no por eso sin dueños.
Entre estos terrenos, hay algunas que se denominan “casas cerradas”, la cuales no están habitadas, pero tienen sus cierres perimetrales en perfectas condiciones, por lo que no pueden entrar personas extrañas. El resto, son las casas abandonadas, que no mantienen cerrados sus accesos y, por tanto, pueden llegar a ser habitadas por otras personas. Esta distinción para la Municipalidad es fundamental, pues le permite tomar cartas en el asunto.
“La casa abandonada es la que efectivamente revierte algún tipo de peligro y que además permite que ingresen personas al predio. Después están las cerradas, que tienen las ventanas tapeadas y todo, y esas no hay forma de sancionarlas ni nada. Normalmente las casas abandonadas pertenecen a sucesiones, entonces lo que tenemos que hacer es un trabajo de investigación, para ver qué miembros de la sucesión están y tratar de notificarlos”, explicó la directora de Inspecciones de la municipalidad, Victoria Molkenbuhr.
Bajo esta categoría de abandono, desde Inspección estiman que actualmente hay alrededor de una veintena de casas en Punta Arenas, las cuales significan una preocupación para las autoridades.
“Hasta el año antepasado, había más de treinta, pero nosotros ya hemos regulado alrededor de ocho que revestían peligro, que permitían ingreso. Creo que ahora no debiesen ser más de 20 a estas alturas, la mayoría en el sector sur. Han disminuido porque además hay muchas en venta, se están vendiendo mucho esas casas antiguas”, aseguró Molkenbuhr.
Frente al peligro que significa un inmueble expuesto y desocupado, las municipalidades tienen ciertas facultades que les permiten tomar decisiones en cuanto al destino del mismo.
“La primera responsabilidad es de los propietarios, la propiedad privada es inviolable, a no ser que sea por una orden judicial. Como la mayoría de las casas abandonadas que se encuentran en la ciudad, pertenecen a sucesiones, se diluye la responsabilidad en varias personas, entonces en esos casos, se aplica la ley de construcciones de urbanismo. En ella se le asigna al señor alcalde la posibilidad de declarar una vivienda en abandono, previo informe fundado por parte del director de Obras Municipales, en que se señale que la casa se encuentra estructuralmente en malas condiciones y tiene que procederse a la demolición”, indicó el director de Operaciones de la Municipalidad, Sergio Becerra.
Yael Mandler /[email protected]