La primera reina del Festival de Viña del Mar fue elegida el año 1979. En esa instancia no existía la parafernalia que tiene el evento ahora, más bien el primer título fue otorgado  espontáneamente por el público, que recayó en la coanimadora del certamen María Graciela Gómez. En 1982 se efectuó la segunda elección pero esta vez, a pedido del entonces alcalde de Viña del Mar, el médico Luis Sigall. El doctor se deslumbró con la belleza de la artista Raffaella Carrá. Desde ahí el evento comenzó a cobrar vida, y por fin la elección se hace oficial desde 1984, como iniciativa de un periodista ecuatoriano radicado en Chile, Guillermo Zurita Borja, más conocido como “William Zeta”.
El  2000, año en que es elegida reina la famosa cantante Celia Cruz, el concurso tomó importancia. El 2001 la artista uruguaya Natalia Oreiro (reina de dicho año), estampa su marca tirándose un inesperado “piscinazo”, claro que lo hizo con bastante ropa pero marcó una tradición de ahí en adelante. En el 2003, con la elección de “ Kenita Larraín”, quien no participó en el festival sino más bien en uno de los programas de Canal 13, comenzó la farandulización de esta dinastía. El 2005 la argentina, Luciana Salazar hizo de las suyas a pesar de no tener ni un vínculo con el arte o la animación, se coronó como reina ese año, allí cambian las reglas y además comienza el destape de las reinas.
El evento empieza a tener una enorme cobertura por parte de todos los medios, y de pronto “todas querían ser reinas”. El año 2011 con la inolvidable performance de Andrea Dellacasa, donde no hubo bikini sino una especie de “pegatinas” ceñidas a su figura, comienza la real exposición de los cuerpos y shows de estas soberanas. Entonces el jurado, o sea los periodistas, se ponen exigentes y esta competencia año a año se pone más compleja. Hasta el 2014 donde la actriz Sigrid Alegría supera las barreras y nace un nuevo umbral para este linaje, un piquero sin bikini y sin “pegatinas”, un piscinazo totalmente artístico frente al cuerpo pintado de Sigrid.
Finalmente este 2015, la modelo chilena Jhendelyn Núñez se lució ayer al medio día. Luego de anunciar que no habría bikini pero que sería un piscinazo elegante, sorprendió a todos los medios con 500 cristales pegados en su cuerpo.