Ha sido, por largos años, postal obligada de la ciudad, especialmente en invierno, cuando la nieve se dejaba caer como tal y “como lluvia, como es ahora”, afirman vecinos antiguos.
Muy cercano a las instalaciones de la Clínica Magallanes, enfrenta por el oriente, con un sector residencial de la Fuerza Aérea; con la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto; con la de un templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, los mormones; del centro médico “El Bosque” y parte del conjunto residencial del mismo nombre.
Es un área verde que, alguna vez, tuvo bancos de madera, tuvo una especie de césped y juegos infantiles en condiciones de ofrecer entretención a niños más bien pequeños con instalaciones seguras.
Todo ha cambiado.
Los bancos no están, apenas uno logró sobrevivir al vandalismo de sujetos desconocidos.
Los juegos infantiles carecen de la debida pintura y deben ser operados por personas mayores ya que no están en buen estado, precisamente.
Esos mismos adultos deben ocuparse de que los niños más pequeños no sufran alguna caída sobre los numerosos restos de botellas de cerveza que, después de ser consumida, han sido lanzadas y quebradas sobre los terrenos del parque “Don Bosco”.
También se puede encontrar ése y otros tipos de envases de bebidas alcohólicas junto a la línea de pinos que cruza el parque y bajo otros árboles del mismo, en cuyas copas es posible que más de alguna persona haya encontrado refugio o se haya escondido con fines o intenciones desconocidas.
Macarena Soto y sus dos pequeños hijos fueron algunos de los escasos visitantes de los juegos infantiles del parque “Don Bosco”, en una mañana soleada y ventosa.
“El parque está horrible”, dijo Macarena, mientras sujetaba los columpios para Florencia y Benjamín y agregó que “antes no estaba así y es penoso y peligroso”.
Cierto, porque por las noches, es posible apreciar la presencia de jóvenes y adultos de ambos sexos que se reúnen a beber, a drogarse e, incluso, a tener sexo, aprovechando la espesura de los pinos del parque y donde es posible ocultarse y hasta lograr cierto grado de intimidad.
¿Qué dirán los vecinos del frente del Parque Don Bosco?
O ¿qué diría a esos jóvenes el fundador de la obra salesiana cuyo nombre lleva el parque?.