Christopher Soto Gallardo, de 13 años, es el nuevo Niño Símbolo de las Jornadas por la Rehabilitación 2017. Sus padres manifiestan que no dudaron ni un segundo en decir que sí al momento que se les propuso de que él fuera el representante de los miles de menores y personas adultas que se atienden diariamente en los tres Centros de Rehabilitación de la Región de Magallanes.

“Nosotros cuando lo escogieron, dijimos al tiro que sí y felices que lo hayan elegido a él entre tantos niños, porque son miles de niños y jóvenes. Yo creo que fue la perseverancia y la constancia, porque él no falta casi nunca a las terapias tampoco. Haya lluvia, haya viento, haya nieve, él está ahí siempre esperando a que lo atiendan”, señala su padre, José Soto.

Actualmente va una vez a la semana al Centro de Rehabilitación para tratarse y para movilizarse utiliza dos Ortesis de Tobillo Pie (OTP) y una muleta en caso de necesitarla.

Proceso
Desde los cinco meses que Christopher se atiende en el Centro de Rehabilitación de Punta Arenas por una mielomeningocele (médula anclada), con secuelas de vejiga neurogénica y pie bott en el lado izquierdo, lo cual le produce una discapacidad en ambas piernas.

Su madre, Adela Gallardo explica que cuando nació su hijo fue parto normal y que fue muy complicado antes de diagnosticar su discapacidad porque “en ese momento le salieron unas manchitas en el cuerpo, como sangre, lo llevamos al médico, no pasó nada. Después lo llevamos a un médico particular, la doctora María Antonieta García y ella nos derivó con el doctor Vieira ese año y lo internaron de urgencia. Ahí le diagnosticaron púrpura neonatal”.
Agrega que “hasta ahí no sabíamos que era una discapacidad. En ese momento fueron transfusiones de sangre, todos corrían de un lado a otro, nosotros no sabíamos qué hacer. Fue complicado, fue complicado cuando Christopher estuvo internado. Después le dieron el alta en Navidad y Año Nuevo y luego de eso nos derivaron a Santiago”.

El padre también agrega que “en el momento fue súper complicado cuando ya lo enviaron trasladado a Santiago, porque ya habían muchas complicaciones, no era fácil. Era en pleno verano y todo fue muy rápido, se tuvo que ir urgente. Más encima, no teníamos a nadie allá. Estuvimos alrededor de cuatro meses en Santiago y volvimos con él ya operado. Lo operaron en marzo del año 2004 y nosotros nos habíamos ido en enero de ese año”. 
A Cristopher, desde su primera operación en el año 2004, lo han intervenido otras cuatro veces en la columna y varias más en el pie derecho y en el izquierdo. Según explican, lo han intervenido aproximadamente unas 12 veces en total y aún le quedan algunas.

“Supuestamente las operaciones a la columna tendrían que ser hasta los 18 o 21 años, que es cuando para de crecer, para desanclar la médula”, sostiene su padre.
“A él cuando le desanclan la médula le aprovechan de sacar el lipomagrasa que tiene adentro. Le aprovechan de hacer dos operaciones. Un dos por uno como se dice”, señala José Soto..
Además, afirma que lo que les ha dado fuerza para seguir adelante en este proceso es “la constancia y nunca nos hemos dado por vencidos y eso le hemos transmitido a él. Que la constancia y la perseverancia es lo que puede derribar obstáculos”.

Añade que “él (Christopher) nunca se ha tirado para abajo. Nosotros siempre le hemos dicho que él lo puede hacer y él lo hace. Nosotros de repente decimos con mi señora, él no lo va a poder hacer y él nos dice ‘no papi, si yo puedo’. Desde chiquitito que es así y él ha su manera lo ha hecho siempre. Eso nos da orgullo, felicidad, porque sabe que él lo puede lograr. Estamos súper contentos”.

Su colegio
El menor estudia en el Colegio Pierre Faure y su madre Adela asegura que nunca ha sufrido algún tipo de discriminación o exclusión de algún grupo. “Va en el Pierre Faure desde primero básico y súper bien. Nunca lo han discriminado, lo han tratado igual. Christopher hace educación física como el resto del curso. Él hace lo que puede hacer en Educación Física, pero se esfuerza al 100%. El colegio se ha portado súper bien con él y los compañeros de par a par”.

Es fanático del fútbol, en Chile es hincha de Colo Colo y cuando juega, le gusta jugar de arquero. Además, su mamá señala que le gusta ir al colegio, que le va súper bien y que los ramos que más le gustan son Educación Física y Matemática.

“El Centro, un siete”
Christopher ha estado 13 años en el Centro de Rehabilitación y su padre comenta cómo han sido con su hijo: “Se ha portado un 7, un 100%, desde que ingresó Christopher hasta la fecha, súper bien. En su momento nos recibieron con los brazos abiertos y nos siguen recibiendo de la misma manera, no hay nada que decir”, señala agradecido.

Un llamado
La madre, Adela hace un llamado a la comunidad: “Que apoyen esta causa, que esta causa es maravillosa, que hay muchos niños, bebés y adultos mayores. A cualquiera le puede tocar, o como a otros que vamos saliendo y hay más gente detrás esperando entrar por un cupo en el Centro de Rehabilitación y peso a peso tenemos que ayudar para aportar, para que estas Jornadas no se acaben.  Es importante que siempre haya dinero, porque trabajan muchas personas en los tres centros, entonces hay que aportar para que esto siga creciendo y sigan más niños tratándose”.