Hasta la Fiscalía Local de Punta Arenas fue trasladada ayer la ciudadana indonesia, de 30 años, que la tarde del lunes decidió escapar de la casa donde trabajaba denunciando ante la PDI que era víctima de trata de personas con fines de explotación laboral.
De acuerdo a lo señalado por la fiscal a cargo de la investigación, Wendoline Acuña, se trata de una investigación que venía desarrollando desde hace un tiempo. “A pesar que llevábamos adelante la investigación desde hace unas semanas, ella se acercó la tarde del lunes a la Policía de Investigaciones y en el fondo a solicita protección y eso es lo que le brindamos de manera inmediata en coordinación con nuestra Unidad de Víctimas. Actualmente está con apoyo y orientación y está protegida bajo esta unidad. Ahora se están realizando diversas diligencias de carácter reservado. Ahora existe una barrera idiomática por lo que estamos coordinando que pueda tener un traductor para que relate lo que ha vivido desde que salió desde Singapur hasta llegar a Chile, y eso lo vamos a obtener con un traductor oficial”.
La representante del Ministerio Público fue enfática en señalar que se trata de una investigación reservada al ser consultada de los antecedentes que se manejaban antes que la ciudadana extranjera se escapara de la casa donde presuntamente era víctima de “esclavitud”. “Al ser una investigación de carácter reservado no puedo divulgar a los medios de una investigación criminal y que se trata de una investigación que no ha sido formalizada, pero si se están haciendo diligencias”.
La fiscal agregó que en lo poco que pudo conversar con la denunciante, quien habla algo de inglés, señaló estar cansada y con ganas de quedarse a trabajar en Chile, país donde llegó en el mes de abril de este año.
Abogado de la familia
Por su parte, el abogado Marcos Ibacache, representante de la familia Nandwani, aludida en la supuesta explotación laboral, aclaró que la mujer fue traída a una fiesta de matrimonio para cuidar a una de las integrantes de la familia de mayor edad. “Efectivamente hay una denuncia, toda vez que una persona de origen extranjero estando en la casa de mi representado Alan Nandwani se dirigió a la PDI en el marco de una investigación por una posible trata de personas, se trata de una mujer de origen de Singapur quien vino al país con visa de turista, en ningún caso con visa de trabajo, con motivo de la celebración de un matrimonio de la familia hace aproximadamente un mes. Ella vino de acompañante de una de las suegras de la familia e incluso tienen pasajes de regreso para esta semana y esta persona entendemos que se fue de la casa sin explicación y sin motivos claros. Desde ya descartamos que se trate de una persona que esté contratada por la familia Nandwani, solamente estaba de paso sin un contrato con visa de turista, por lo tanto no puede existir un delito de trata de personas relativo a una ciudadana extranjera que está de paso. Ella no estaba cumpliendo ninguna función de trabajo, sólo de acompañar a esta familiar de la tercera edad que vino a una celebración. Sólo decir que existe una campaña para ser involucrados en delitos de trata de personas, esto luego que desde hace tiempo se investigó otra causa la cual fue cerrada y que se ha intentado reabrir la investigación”.
Denuncia
Cabe señalar que la denuncia se gestó aproximadamente a las 18 horas del lunes 25 de septiembre pasado, donde la mujer de 30 años, de iniciales F.M.K. salió desde el domicilio donde se encontraba en Avenida España a la altura del 900, donde solicitó a un transeúnte llamar a otras jóvenes indonesias que también denunciaron en su momento ser víctimas de trata de personas, Eva Anggraeni y su esposo chileno Boris Miranda, quienes la trasladaron hasta el cuartel de la PDI. Así lo explicó Miranda: “Ella llegó hace cinco meses a Chile y está muy emocionada de poder comunicarse con su familia con quien no podía hablar. Hicimos todo lo protocolar y la decisión de salir era de ella, no le pagaban sus sueldos, lo mismo que le pasó a mi señora que dándole techo y algo para dormir así piensan que se trata a las personas. Otra asesora del hogar logró pasarle un celular. Al verla tenía las manos rotas, la hacían trabajar desde las 7 de la mañana hasta las 23 horas y no salía a ninguna parte. Ella sólo pudo escapar y tuvo una discusión porque quería comer y comunicarse con su familia y no la dejaban, y la única comunicación que tenía era con mi señora Eva, a quien llamó desde la calle con la ayuda de un transeúnte. No queremos que exista este tipo de hechos en Punta Arenas, acá hay esclavitud y esperamos respuestas de las autoridades, las únicas personas que nos ayudaron son los de los Derechos Humanos, es inaceptable”.
Tras esto, la mañana de ayer, personal de la PDI realizó diligencias en la casa aludida de propiedad de la familia Nandwani, en Avenida España.