La histórica calle Lautaro Navarro ha sido el escenario de un ambicioso, caro, pero interesante proyecto de los organismos de la vivienda para recuperar el patrimonio arquitectónico urbano de esa arteria que, en la práctica, atraviesa la ciudad, desde la calle Angamos hast la calle Balmaceda.

Por un monto del orden de los tres millones de pesos, repartidos en etapas, la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo, a través de profesionales y técnicos del SERVIU y de diversas empresas contratistas, ejecutó una serie de trabajos que le cambiaron el rostro a un extenso sector de Punta Arenas.

El pavimento de las calzadas fue reemplazado por hormigón de mayor resistencia; el sistema de recolección de aguas servidas públicas y domiciliarias dejó atrás a los tubos de cemento, se les cambió por tuberías de acero o de material de alta resistencia y se procedió a la construcción de los sumideros de las aguas las de las lluvias.

También, desde Avenida Colón hasta Balmaceda, se procedió a reemplazar el pavimento de las veredas, se les aplicó mosaicos de colores y se construyeron cámaras subterráneas para las conexiones de los sistemas telefónicas o de telecomunicaciones y televisión por cable.

Los creadores del plan de recuperación también consideraron otro aspecto importante y cambiaron los postes del alumbrado público e instalaron lo que se denomina “mobiliario urbano” y hasta jardineras.
Pero…

Pero todo ese esfuerzo no habría dado un buen resultado, según aprecian los vecinos y numerosas personas que transitan por un sector donde funcionan diversos y servicios públicos y privados y en el cual la industria gastronómica tiene instalados acogedores restaurantes de nivel internacional.

Esto, ya que presenta un problema que, incluso, llama la atención de turistas extranjeros que, con sorpresa, hasta han fotografiado los cables en desuso que penden de los postes del tendido eléctrico de la calle Lautaro Navarro y de otras calles de la ciudad.

Consultamos su opinión a tres magallánicos que, por diversas razones, transitan en forma frecuente por la calle Lautaro Navarro y sus opiniones resultaron coincidentes con las de comerciantes y funcionarios de establecimientos comerciales, casas de cambio y compañías de seguros que funcionan en el sector.

Luis Cares indicó que los cables “afean el sector, que quedó hermoso después de un año de trabajos que por suerte ya terminaron.

Se ha visto a turistas extranjeros que han tomado fotografías de los cables de la calle Lautaro Navarro y en otros puntos de la ciudad, por ejemplo, en José Menéndez con Armando Sanhueza, , porque en sus ciudades de origen, está todo soterrado y no se ven los cables, creo yo que en desuso, que cuelgan y que no se retiran por parte de sus dueños”.

Por su parte, Mariluz Martínez, dijo que los cables que penden de los postes “echaron a perder el paisaje d este sector y con todo lo que demoraron y han gastado en pavimentos, mosaicos de colores y jardineras”.

A su vez, Ricardo Cid, al ser consultado se preguntó “pero yo creía que los habían sacado de los postes.

Ya debieran haberlos sacado, retirado, si las cámaras ya se construyeron y deberían estar bajo la tierra y qué feos se ven”.

En su oportunidad, EDELMAG señaló que la responsabilidad del retiro de ese material, la mayoría en desuso pero que algunas partes representan un eventual riesgo de energizarse, con todo el riesgo que ello implica, indicó que esa era una tarea que le correspondía a los dueños de esos cables y que ellos sólo se limitaban a cobrar el derecho de usar los postes del tendido eléctrico.

Pero, lo concreto, es que los cables que penden de los postes de la calle Lautaro Navarro, afean el paisaje urbano, representan un eventual peligro y desmerecen los cuantiosos recurso empleados en la recuperación del patrimonio arquitectónico de la calle Lautaro Navarro, sin contar las pérdidas que ha sufrido el comercio del sector y las molestias de quienes debieron transitar durante largo tiempo calles y veredas en mal estado, haciendo un “aporte al progreso urbano de Punta Arenas”.