Las
costas de nuestro país fueron nuevamente testigos de un fenómeno que no
deja de causar sorpresa y preocupación al afectar a uno de los
mamíferos más grandes del mundo.
Es así como en la playa Mostazal,
ubicada en la comuna de Santo Domingo, en la Región de Valparaíso,
ocurrió el segundo caso de varamiento de una ballena, en esta
oportunidad de la especie jorobada, la cual fue encontrada el sábado
pasado.
Según la información entregada por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), el ejemplar se encontraba vivo al emitirse la alerta, pero lamentablemente, pese a los esfuerzos de funcionarios de rescate, el animal marino falleció 24 horas después.
El
17 de febrero, en la costa de Punta Delgada en Magallanes, se halló a
un ejemplar de ballena azul de aproximadamente 20 metros de largo, que
falleció por causas que aún son investigadas por Sernapesca y el Museo
de Río Seco, encargados de retirar los restos del mamífero.
Ambas entidades coinciden en que se debe realizar la necropsia correspondiente y sacar muestras estomacales del animal, para luego realizar la investigación pertinente que determine la causa de muerte.
Para
el investigador Jorge Gibbons, del Instituto de la Patagonia, existen
varios factores que se deben tomar en consideración para analizar tanto
este caso como el varamiento de la ballena azul en Punta Delgada, dentro
de ellos que ninguno de los dos ejemplares tiene evidencias físicas de
posible golpes o ataques de otros animales marinos y llama la atención
que ambas corresponden a animales jóvenes.
“Hay cosas que no son muy
frecuentes o normales y que llaman mucho la atención, como que en ambos
casos se trata de ballenas de barba, una ballena jorobada juvenil y una
ballena azul también joven, y pareciera que no tienen evidencia de
golpes, cortes o ataques evidentes de animales.
La ballena, a diferencia de cachalotes, calderones y otras especies de cetáceos, no varan mucho”, dijo el experto, quien explicó que se ha registrado un mayor avistamiento de estos mamíferos en las costas del país, especialmente en las playas del litoral central, lo que también es materia de investigación.
“Han habido cambios en los últimos veinte años y en algunos sectores de Chile vemos más ballenas de las que había antes. Año a año se ha observado un aumento en las especies que están presentes frente a la costa y tenemos datos de ejemplares o animales que se han avistado”, agregó Gibbons.
Según Gibbons, el Dr. Máximo Frangopulos, investigador de la Universidad de Magallanes y del Centro Ideal, es necesario efectuar la necropsia del animal, procedimiento a través del cual se sacarán muestras del contenido estomacal para determinar su alimentación, la falta de ésta o los motivos por los cuales posiblemente no se habría estado alimentando, pero sí afirmó que los expertos deben estar alerta a estos sucesos poco habituales.
“Es poco común que haya habido dos varamientos en tan corto tiempo, tenemos que estar alerta e indagar un poco más
sobre cuáles son las posibles causas de estos hechos, que pueden ser
muchas, por ejemplo, el cambio climático, marea roja, contaminación
marina y otras, porque obviamente las ballenas son animales
emblemáticos, entonces no es bueno ver que estén varando y
lamentablemente muriendo en nuestras costas, organismos tan sensibles y
majestuosos como las ballenas.
Algo está pasando y hay que averiguar bien cuáles son las causas y esperar que no se vuelva a repetir con tanta frecuencia como está ocurriendo ahora”, concluyó el investigador.