La instancia lo ameritaba. Tras veinte años, Croacia volvía a estar en una semifinal de un Mundial de Fútbol, y esta vez la final se veía como algo mucho más tangible que en aquel 1998.
Por lo mismo, la comunidad croata residente en Punta Arenas se reunió, como lo han hecho en todo el Mundial, para apoyar al equipo de sus familias ascendientes.
Y si bien la mayoría no conoce físicamente el país balcánico, la emoción por el posible paso a la final era casi tan grande como si Chile estuviese en esa instancia.
Pese a que en algún momento las caras se tornaron largas, por el tempranero gol de Inglaterra, la felicidad tras los goles de Iván Perisic y Mario Mandzukic fue total.
Y es que para algunos este triunfo iba mucho más allá de lo deportivo. Es el caso de Bedrich Magas, único de los asistentes que nació en territorio croata y que analizó el partido desde el punto de vista histórico. “Inglaterra siempre ha representado el imperio, y nosotros recién nos independizamos en el año 92. Por eso este triunfo tiene un sabor especial”.
Como era de esperar, tras el pitazo final, se empezó a pensar la final del domingo, que, para no romper la cábala, se verá en el mismo lugar.
Incluso se lanzaron apuestas, como la que hizo Tania Cibilic, quien anunció que si Croacia logra el título se tirará al Estrecho de Magallanes aprovechando el chapuzón masivo que se realiza justamente ese mismo día a las 15 horas.
Así, la comunidad croata tuvo su propia fiesta. Una que promete será mucho mayor si Modric y Rakitic logran llevar a los europeos a su primer título planetario.